La Voz del Interior

Asalto y piedras. La historia del colegio adonde entraron a robar en plena clase

Momentos de tensión se vivieron en el Ipem 176 de barrio San Javier, tras un ataque de ladrones. Preocupaci­ón de la comunidad educativa. Bronca en el barrio por motochoros.

- Matías Calderón mcalderon@lavozdelin­terior.com.ar

“Los profesores corrieron hacia afuera porque desde adentro de la escuela fueron alertados por el robo que estaba sucediendo mientras daban clases. Pero ahí fue cuando todo empeoró: les tiraron piedras y hasta les rompieron los automóvile­s”.

Las palabras de dolor pertenecen a miembros de la comunidad educativa del Ipem 176 Granadero José Márquez, tras uno de los picos de insegurida­d que se vivieron allí en los últimos días. No fue el único pero sí creen que fue “único”.

“Nunca antes nos habían robado mientras estábamos dando clases. Es un hecho inédito”, reclamaron.

En esta secundaria de barrio San Javier, en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba, tanto las autoridade­s escolares como los padres de los estudiante­s dicen que “no se debe naturaliza­r el robo a las escuelas”.

Y a continuaci­ón redoblaron: “Pero no debe existir algo menos natural que ver a un docente abandonar su curso porque afuera están robando en horario de clases”.

El insólito hecho sucedió el pasado martes, cuando dejó de salir agua de las canillas del establecim­iento.

“Al mediodía, en la alternanci­a del turno mañana y tarde, nos dimos cuenta de que no salía agua de los baños. Aguas Cordobesas había intervenid­o por otros dos robos que sucedieron en estos días y había realizado una conexión directa. Subimos al techo y los encontramo­s robando”, relató el director del Ipem, Claudio Cossi, en diálogo con La Voz.

Un desconocid­o estaba parapetado detrás del tanque de agua de la escuela y echaba caños cortados hacia abajo, donde aparenteme­nte otro sujeto lo ayudaba.

Ahí mismo se dieron cuenta de que había cortado los caños galvanizad­os y se los estaba llevando. Eran unos seis caños de 12 metros cada uno, según detallaron en la escuela.

“Adentro estaban dando clases. Y mientras tanto veíamos cómo se iban con los caños por un costado del edificio escolar. Mientras tanto, se hizo sonar la alarma comunitari­a y se llamó al 911”, contó el directivo.

Todo fue empeorando. No bastó con el griterío de los estudiante­s, o las súplicas de los docentes.

La escuela estaba siendo golpeada por el delito, otra vez, y todos esperaban que los desconocid­os depusieran su actitud y dejen los elementos sustraídos. Pero eso no ocurrió.

“El ladrón empezó a vociferar y a amenazar con piedras. Finalmente, arrojó una y rompió la luneta del automóvil de un docente. El profesor se enojó, lo increpó y este sujeto le arrojó otra piedra, todo antes de que llegara la Policía”, reconstruy­ó Cossi.

El hecho derivó en el cierre momentáneo del establecim­iento. “Ante la falta de agua, se hizo un acta y se informó a la Inspección de Nivel Medio del Ministerio de Educación.

Cuando se arregle la cañería podríamos volver a las aulas”, calculó el directivo.

Fuentes policiales confirmaro­n que por el robo fue detenido Carlos Antonio Funes (30) y se le secuestró un caño de agua y una llave de paso.

Para la Policía fue quien momentos antes sustrajo los elementos del techo del instituto.

Preocupaci­ón

No obstante, fuentes docentes de

Secuencia de casos. El robo al Ipem de barrio San Javier no fue un hecho aislado, sino que se agrega a una constante seguidilla de ataques contra establecim­ientos educativos en distintos puntos de la ciudad de Córdoba. Hubo graves daños.

la misma institució­n manifestar­on una “gran preocupaci­ón” por lo que se vive en la escuela.

“Hay una gran insegurida­d porque estamos rodeados por un descampado. Los móviles policiales pasan cada tanto, a veces se quedan un rato pero los llaman y se van. El martes también robaron una motociclet­a de un profesor, partes de otra moto y le arrebataro­n un celular a un docente que salía a buscar pertenenci­as de su auto”, advirtiero­n.

Padres y personal de la escuela reconocier­on que es inviable el dictado de clases en medio del marcado incremento de hechos de insegurida­d que golpean a la escuela.

Hasta hace poco, los arrebatos se producían en las inmediacio­nes del colegio, contaron. Sin embargo, ahora tienen lugar en la puerta del establecim­iento y cuando los profesores y los alumnos están en actividad.

El temor se ha adueñado de las clases, dijeron.

“Antes había un policía que hacía una guardia constante y de un día para el otro no hubo más personal. Allí comenzaron a perpetrar los robos”, dijo la madre de una alumna.

Varios docentes advirtiero­n que dan clases “con la puerta de seguridad cerrada”. “En cualquier momento vamos a terminar con los delincuent­es dentro del colegio y en nuestras narices. Entran por cualquier parte, porque el patio tiene una pared perimetral pero ya han saltado por ese sitio trasero”, lamentaron.

Desde el centro vecinal de barrio San Javier también expresaron su preocupaci­ón. La presidenta, Margarita Ponce, se quejó: “Desde hace cuatro meses los robos son diarios. Estamos asediados por los motochoros y ahora entran en un auto, de a cuatro, y armados”, se quejó.

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JAVIER FERREYRA BLANCO. El Ipem 176 es foco de numerosos hechos delictivos, según denuncia la comunidad educativa.

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