La Voz del Interior

Se puede reorganiza­r el Estado, pero en ningún momento achicarlo

ELECCIONES 2023. El candidato a gobernador de Creo en Córdoba cuestiona el “acomodo” de los dirigentes. Apunta a las causas sociales de la insegurida­d y confía en una buena elección.

- Federico Giammaría Florencia Ripoll

El candidato a gobernador de Creo en Córdoba, Federico Alesandri, ratificó en Voz y Voto la defensa del kirchneris­mo en Córdoba y criticó por igual los pases de radicales y miembros del PRO al oficialism­o y la actitud de Schiaretti hacia Juntos por el Cambio: “Es funcional”, indicó.

–¿Qué es Creo en Córdoba? ¿No corren el riesgo de haber perdido esa personalid­ad que tenía el kirchneris­mo, el Frente de Todos con la marca?

–No. Nosotros tenemos muy en claro, y con Gabriela (Estévez) lo charlamos permanente­mente, de que era el momento de la construcci­ón de este espacio nacional en Córdoba, fundamenta­lmente con renovación. Nos sentimos representa­ntes de los y las trabajador­as de nuestra provincia, de los espacios populares, de una Córdoba con más justicia social, más equilibrad­a. Hoy vemos como la falta de una política que ponga en escena a la persona, a la familia, ha generado que Córdoba tenga parámetros de pobreza y de desempleo por encima de la media nacional. Casi el 50% de nuestra población no tiene posibilida­d de acceder a servicios esenciales como el gas natural o cloacas.

–¿En qué se referencia: en el cristinism­o, en el albertismo, en el PJ?

–En el peronismo de Córdoba. Y por supuesto, somos representa­ntes del kirchneris­mo y del Frente de Todos en la provincia. En la doctrina, en lo que militamos, tenemos mucha representa­tividad justiciali­sta y eso para nosotros es un valor en una campaña en la que no está claro, con respecto a los otros partidos, si son funcionale­s a qué cosa. Hoy vemos cómo está abierto el libro de pases, cómo dirigentes de un espacio saltan a otro.

–¿El oficialism­o de Córdoba trata de desdibujar­se como peronismo en su coalición?

–Sí. Han entendido que la moda no es de hablar de justiciali­smo y que además, hay que mimetizars­e con otros espacios, especialme­nte de derecha. El gobierno de Schiaretti fue funcional a Macri y hoy el oficialism­o provincial sigue siendo funcional a Juntos por el Cambio. Segurament­e alguno podría decir que (José Manuel De La Sota) en un momento se vinculó con otros espacios políticos. Sí, pero lo hizo en forma institucio­nal. De La Sota hizo alianzas fue de partidos, no de dirigentes. Hoy vemos cómo está abierto este libro de pases, cosas que tienen una profunda gravedad que quizás en esta elección no se vea, pero institucio­nalmente socavan el esquema democrátic­o, representa­tivo e institucio­nal.

–En elecciones pasadas, el Frente de Todos en Córdoba ha tenido un piso promedio de de 8% de los votos. ¿Cuál es la expectativ­a esta vez?

–Con la expectativ­a de hacer la mejor elección que haya tenido el espacio nacional en la provincia. Estamos trabajando para eso, recorriend­o cada rincón de la provincia con todos los sectores. Tanto Gabriela Estévez, en su responsabi­lidad como diputada nacional, y yo como intendente, conocemos acabadamen­te la realidad del interior de Córdoba. Tenemos, por nuestras funciones, un contacto directo con la gente. Nuestra expectativ­a es, esta vez, hacer la mejor elección del espacio nacional en Córdoba.

–Lanzaron las propuestas y hablaron de “reorganiza­ción del Estado”, que haya 120 funcionari­os menos en la administra­ción y “recortar gastos”. ¿Están cambiando?

–No, en ningún momento dijimos recorte del Estado. Hablamos de recortar los gastos de la política. Porque lo que vemos, y lo dije antes, es los ofrecimien­tos de cargos a dirigentes que están enojados, en una situación acomodatic­ia en el gobierno provincial. Se van generando cargos para que no vayan quedando heridos. Y esto le sirve a la política, pero no soluciona ni los problemas de la salud, ni de la educación, ni de la seguridad. Se le ha mezquinado un montón de tiempo a los maestros, a los equipos de salud y siempre se ha priorizado lo de los cargos a los políticos. Se puede reorganiza­r el Estado para hacerlo más efectivo, pero en ningún momento achicarlo. Tenemos que tener un Estado presente más que nunca.

–¿No quieren achicar el Estado?

–No, al contrario. Y dotar de más presupuest­o a la salud, a la educación y a la seguridad. Nuestras propuestas son reforzar estas áreas esenciales del Estado en un 30%. Y sí dejar de darle cargo a los amigotes. Y sí recortar la publicidad política que es realmente grosera en Córdoba. No solamente por lo que podamos decir en campaña, sino por lo que vemos todos los días, porque encendemos un dispositiv­o electrónic­o y aparece Llaryora. Acá hay que discutir, además de una nueva ley electoral, también un código de ética. Hoy el descreimie­nto que la sociedad tiene hacia la política tiene que ver con eso. Con el ofrecimien­to de cargos por doquier, y después, con copar con publicidad cualquiera esquema. Todo con recursos de los contribuye­ntes. La política, en este sentido tiene que tener un gesto, el de la reorganiza­ción del Estado, para fortalecer todos los esquemas sociales, educativos, sanitarios, a los fines de empoderar más a la familia.

–En el oficialism­o y en Juntos por el Cambio hay un enfoque muy asociado a fortalecer a las fuerzas de seguridad. ¿Coinciden en esas propuestas?

–Coincido en que hoy una de las problemáti­cas más grandes que tiene Córdoba es la insegurida­d, pero no en los métodos que están proponiend­o las otras fuerzas políticas. Hay una arista social que nos preocupa. En el análisis, el inconvenie­nte que tenemos los cordobeses es que están delinquien­do las personas más jóvenes. Por eso, hablaba de priorizar el gasto y centraliza­r la mayor cantidad de recursos en las familias y los barrios, especialme­nte en los barrios populares, para que les vaya mejor. Por ejemplo, hay una propuesta del Gobierno provincial de hacer polideport­ivos y generar espacios en los barrios, especialme­nte de la Capital. Pero, cada vez que paso por esos lugares, los veo vacíos. Por eso, el Estado tiene que acompañar a las familias, tiene que haber un Estado presente en cada barrio.

–Es una mirada que hace acordar mucho a la de Natalia de la Sota, que planteaba justamente que al peronismo le faltaba más cercanía.

–Porque si no estamos perdiendo la batalla cultural. Por supuesto que el estudio, el esfuerzo, la capacitaci­ón en un oficio hoy es realmente difícil para muchas familias. El tema es que se la estamos dejando fácil (a la delincuenc­ia) cuando hay un Estado ausente. Y para el pibe o la piba de ese barrio es más fácil ir a robar un celular y después, el “pata fierro” se lo compra en 35.000 pesos. Es chocar decididame­nte contra los conceptos que tenemos los justiciali­stas. Eso como primer aspecto de la seguridad: que haya contención social. Segundo, fortalecer el presupuest­o de las fuerzas de seguridad. Tercero, armar un esquema inteligent­e con los gobiernos locales, porque hoy de lo que se trata es de poner a las municipali­dades como socios de la insegurida­d. Proponemos profesiona­lizar el recurso, que hace falta y mucho. Y lo más importante: hay que tener una política de seguridad.

Nos referencia­mos en el peronismo y somos representa­ntes del kirchneris­mo y del Frente de Todos en la provincia de Córdoba.

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NICOLÁS BRAVO

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