La seguridad, en primer plano
Cuando se dice la palabra “elecciones”, uno tiende a pensar en campañas políticas, en negociaciones para conformar las fórmulas de candidatos y en la convocatoria a las urnas, una especie de ceremonia laica que por suerte los argentinos venimos celebrando con regularidad en los últimos 40 años.
Sin embargo, los tiempos de elecciones también tienen otros efectos (aparte de la conocida tendencia de los oficialismos a inaugurar obras de manera compulsiva), como es poner en primer plano los problemas que más preocupan a la sociedad.
En el caso de la provincia de Córdoba, uno de los temas prioritarios es la seguridad. La oposición la considera un punto débil de la administración actual y ha transformado la cuestión en un caballito de batalla electoral. En uno de sus primeros actos de campaña, Luis Juez, el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio, llegó a proponerse a sí mismo como ministro de Seguridad.
El oficialismo recogió el guante y ha empezado a presentar medidas concretas tendientes a mostrar que está haciendo algo al respecto. En ese contexto se inscribe el anuncio de que en 50 días –es decir, después de los comicios para gobernador– la Policía de Córdoba empezará a usar armas no letales. Específicamente, pistolas que disparan gas pimienta.
En el Primer plano de hoy, desarrollamos los pormenores de esa medida –que tiene de fondo el debate sobre las Taser en Ciudad y provincia de Buenos Aires– y contamos en qué clase de situaciones podrán ser utilizadas por los uniformados. Tanto el ministro del área como la jefa de la Policía aseguran que los agentes recibirán la debida instrucción antes de emplear estas pistolas.
En el mismo informe, también consultamos a dirigentes y referentes de los partidos políticos acerca del tema. Martín Llaryora y Juez coincidieron en la importancia de las armas no letales en la lucha contra la inseguridad en Córdoba.
Los tiempos electorales también tienen otros efectos, como es poner en primer plano los temas que más preocupan a la sociedad.