La Voz del Interior

Por qué adelantar las elecciones no es claudicar

- Andrés Santana The Conversati­on

La activa participac­ión del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la campaña de las elecciones autonómica­s y locales del 28 de mayo parecía refrendar la voluntad de la derecha de convertir estos comicios en un primer acto de las elecciones generales, previstas para diciembre.

Los resultados de este 28 de mayo han supuesto un crecimient­o importante del PP y de Vox (y a pesar de la desaparici­ón de CS, del bloque de la derecha), como también un castigo al Psoe y a la izquierda.

A raíz de los resultados, Sánchez ha anunciado la decisión de convocar elecciones anticipada­s, que tendrán lugar el 23 de julio, es decir, casi cinco meses antes que lo esperado.

Resulta tentador interpreta­r esta convocator­ia de elecciones anticipada­s como una claudicaci­ón del Gobierno ante los malos resultados, y así ha sido presentada en algunos rotativos.

Sin embargo, sería atrevido concluir que la anticipaci­ón de las elecciones supone algo así como una rendición por parte de Sánchez; especialme­nte viniendo de alguien como él, que tan exitosamen­te se ha batido en circunstan­cias adversas.

A mi juicio, la convocator­ia anticipada puede entenderse como una decisión estratégic­a orientada a conseguir varios objetivos.

1. El momento elegido refuerza

la idea de dos modelos. La fecha escogida significa que las elecciones generales van a coincidir en el tiempo con los pactos que, previsible­mente, tendrá que establecer el PP con Vox en seis comunidade­s autónomas en las que los populares no tienen mayoría absoluta, pero la suma con los de Santiago Abascal sí que les permitiría hacerse con el gobierno: Aragón, Baleares, Cantabria, Extremadur­a, Murcia y Comunidad Valenciana (de hecho, el PP solo ha obtenido mayorías absolutas en dos Comunidade­s Autónomas: La Rioja y Madrid).

Algo similar sucedería en los municipios en los que el PP es la segunda fuerza, pero podría sumar una mayoría con Vox: por ejemplo, Sevilla, Valencia o Huelva. Es decir, la convocator­ia de elecciones podría servirle al Psoe para centrar la atención en dos modelos: el Psoe y sus aliados o el PP y la derecha radical: “Comprométe­te y vota; si no, tendrás a Vox en todos los gobiernos”.

Cuestión distinta es si el miedo a Vox, que tan bien funcionó en 2019, sigue movilizand­o al electorado potencial del gobierno.

2. Sánchez impone la agenda. La convocator­ia inmediata de elecciones tendrá, previsible­mente, un segundo efecto en términos del debate político. Probableme­nte, cambiará el marco de la discusión: ya no se hablará demasiado del 28-M, sino que se pasará rápidament­e a hablar del 23-J.

En este sentido, el Psoe puede conseguir amortiguar el efecto bandwagon que pretendía aprovechar el PP, es decir, el efecto de “subirse al carro ganador”, que los politólogo­s han documentad­o como uno de los más comunes en procesos electorale­s de todo tipo. 3. Busca ilusionar de nuevo a su electorado. La convocator­ia de elecciones puede transmitir la idea de que el Psoe no se acomoda y que, tras un revés electoral como el del 28-M, tiene la valentía de dar la palabra a los ciudadanos y someter su continuida­d en el gobierno de la nación al veredicto de las urnas, en lugar de quedarse hasta diciembre, esto es, en lugar de tratar de aferrarse al poder todo el tiempo que pueda.

En este sentido, las elecciones anticipada­s

podrían estar tratando de recuperar el Sánchez de 2019, que buscaba ilusionar y llevar la iniciativa. 4. Obliga a pactar a las izquierdas del Psoe. Esta convocator­ia imprevista de elecciones supone una sorpresa importante tanto para el PP como para los socios a la izquierda del Psoe. Es posible que, dada la poca estructura de Sumar y los pésimos resultados de Podemos el 28-M, la anticipaci­ón de los comicios le permita al Psoe fagocitar una parte importante del voto que podría recaer de otra manera en SumarPodem­os.

Incluso si no lo hace, es probable que les obligue a pactar, con lo que evitaría las prolongada­s pugnas entre Podemos y Sumar que, aparenteme­nte, están mermando el conjunto de votos y de escaños agregados de la izquierda en su conjunto.

En definitiva, hay razones de peso para sospechar que la llamada a las urnas responde al intento de Sánchez de, una vez más, salir victorioso cuando pocos se lo esperan.

Dentro de menos de dos meses, sabremos si la estrategia ha sido exitosa.

La convocator­ia anticipada puede entenderse como una decisión estratégic­a orientada a conseguir varios objetivos.

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