“Me heriste”. Pasar de página
Julia Louis-Dreyfus es una escritora neoyorquina que atraviesa un estancamiento en el reciente estreno de Max.
Siempre atenta a las sensibilidades vinculares y a su representación en pantalla, Nicole Holofcener (Una segunda oportunidad,
Amigos con dinero) redoble la apuesta con Me heriste, estreno en Max.
Julia Louis-Dreyfus es la cabeza de cartel de esta apacible comedia dramática que se centra en las vicisitudes de una familia neoyorquina a lo largo de un año tambaleante. La actriz de Seinfeld y
Veep interpreta a Beth, una escritora que se encuentra estancada con su primera ficción luego de haber publicado sus memorias.
Su libro hace rato que no está en vidrieras, ella se da cuenta que sus alumnos de taller no la leen y su agente la alerta sobre la álgida competencia de “nuevas voces” a la vez que le recomienda pasarse a un tema más de moda (“refugiados, cáncer, asesinatos”). Pero lo que termina de minar el ego de Beth es el enterarse por azar de que su marido terapeuta Don (Tobias Menzies), con quien comparte un tierno matrimonio, le oculta el desagrado e incluso el odio hacia ese manuscrito.
En apariencia exagerado, el conflicto escala en magnitud hasta poner en jaque la relación de largo tiempo, revelando un estancamiento acaso más profundo. Pero no es exclusiva de Beth la herida de la que habla el título de la película: todos los personajes del clan de la protagonista atraviesan algún que otro percance existencial.
Su esposo, por empezar, se enfrenta a los reproches de sus pacientes de que sus terapias no avanzan, con insultos y reclamo de dinero incluidos; su hijo Eliot (Owen Teague) se gana la vida en un local cutre de venta de parafernalia y se pelea son su novia por la escasez de dinero mientras trata de avanzar con la redacción de una obra de teatro; su hermana Sarah (Michaela Watkins) parece haber perdido el buen tino que tenía como decoradora de interiores; y su cuñado Mark (Arian Moayed) entra en crisis con la actuación cuando lo echa el director de la obra en que trabaja. Como dan a entender ciertos diálogos, el paso del tiempo es el denominador común que aflige a estos narcisistas.
El problema de Me heriste es claro: suena algo inverosímil y esquemático que los asuntos corales pasen por sus tres actos al unísono y sin mayores matices. Lo que no quita el tono cálido, íntimo y crepuscular logrado por Holofcener, prueba de que la fragilidad puede ser una fortaleza escondida.