La Voz del Interior

La biopic de Amy Winehouse deja sabor a muy poco

“Back to Black”, dirigida por Sam Taylor-Wood y protagoniz­ada por Marisa Abela, es una oportunida­d perdida.

- Giuliana Luchetti gluchetti@lavozdelin­terior.com.ar

La vida de Amy Winehouse vuelve a estar bajo los reflectore­s tras 13 años de su sorpresiva aunque anunciada muerte. Back to Black, la biopic dirigida por Sam TaylorWood y protagoniz­ada por Marisa Abela dejó un sabor amargo.

Back to Black no aporta nada nuevo, aunque sí presenta a Winehouse con unas pinceladas de humanidad en donde, más allá de su talento, deja en evidencia toda su oscuridad de manera cruda. No obstante, en ningún momento se inmiscuye en la súbita fama de la cantante ni intenta explicar el por qué, que quizás hubiera sido una buena y novedosa perspectiv­a para ahondar (como lo hizo el documental Amy de Asif Kapadia de 2015).

No hubo romantizac­ión ni juicio al representa­r la debacle de la legendaria cantante de soul ,sinounacla­ra visión de querer mostrar la turbulenci­a emocional que significab­a su vida, y sus formas de lidiar con eso, poniendo por momentos en escena a una chica dulce, amorosa y casi inocente, y luego un tornado de ira, descontrol y violencia. No hay grises, ni hay medios. Aunque es lo qué más pesa en la película, a pesar de haber promociona­do que haría foco en “su genio extraordin­ario, su creativida­d y honestidad”.

Back to Black es un pantallazo ficcionali­zado de lo que fue la estrella fugaz de Winehouse en la industria de la música y cómo fue despedazad­a por sus adicciones y los medios. De hecho, estos últimos son unos de los eslabones del film, mostrando su morbosidad y crueldad en varios momentos.

Polémicas

Algo que sorprendió pero luego cobró sentido al saber que la película fue aprobada por la familia de la cantante es cuán lavada se muestra la imagen de Mitch, el padre de Amy. También hizo ruido la caracteriz­ación de Blake Fielder-Civil (llevado a la pantalla por Jack O’Connell) no sólo por su cuerpo trabajado, no muy propio de una persona adicta al alcohol y las drogas, sino porque claramente lo aleja del lugar de villano que se le dio socialment­e (y él mismo en varias entrevista­s), dejando entrever que Winehouse abrió la puerta al mundo de las drogas duras sin su ayuda.

En líneas generales, Back to Black tenía la oportunida­d de brillar pero terminó siendo una biopic más del montón. Lo rescatable es que las falencias y debilidade­s de la cantante fueron reflejadas sin necesidad de recurrir al morbo.

Es cierto que Marisa Abela fue cuestionad­a por el poco parecido con la cantante. A pesar de esto, hace que el espíritu de Winehouse esté presente en la película. Por momentos, es Amy, por momentos no, pero eso no evita al espectador sumergirse en la historia. El parecido pasa a segundo plano gracias a su calidad actoral. Es por su talento que literalmen­te saca a flote la película. Además, Abela es quien pone la voz en las canciones de Winehouse utilizadas en la película y, si bien, obviamente, no suena idéntica a la autora de Rehab, logra su color de voz, su cadencia, su timbre. Lo hizo muy bien y, lo cierto es que no hay mucho más que pedirle.

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CAPTURA DE PANTALLA BIOPIC. Marisa Abela hace un buen trabajo en esta película biográfica.

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