La Voz del Interior

Volver a las raíces. Daniela Díaz y su regreso a Córdoba, tras su paso por River

La entrenador­a asumió un desafío en el club del Viejo Camino a La Calera, donde armó un proyecto ambicioso para dar un “salto de calidad”.

- Ana Dalmasso adalmasso@lavozdelin­terior.com.ar

Daniela Díaz es una de las entrenador­as más importante­s del país, por lo hecho en Belgrano y luego de dar el salto a River. Además, por su gran trayectori­a como futbolista en el Pirata, Boca, UAI Urquiza y Racing de Nueva Italia. Siempre pionera y en busca del crecimient­o del fútbol femenino, hoy la realidad la encuentra en un lugar, a priori, inesperado.

A inicios de 2024, Las Palmas daba a conocer la contrataci­ón de Daniela como entrenador­a de la primera división de las Azules para esta temporada de la Liga Cordobesa. Con pocos meses de diferencia, la DT pasó de dirigir la máxima categoría profesiona­l del país a volver a las raíces de la liga.

“El club me abrió las puertas desde el primer momento. Una comisión directiva muy receptiva y entusiasma­da a la que yo me pudiese sumar. Me dejaron sumar personas al staff, armar la estructura. Una analiza también el contexto. Es un club en crecimient­o constante, con un predio que sigue en obras, a pesar del duro momento que hay en el país. Es un club que quiere mejorar, crecer”, le contó a La Voz.

“Es lindo volver un poco a las raíces. Disfrutand­o de este momento de la Liga Cordobesa, que siento que está bueno, con categorías de inferiores que antes no había. En Las Palmas lo que nos propusimos como objetivo es darle un salto de calidad a la primera y de a poco ir consolidan­do las juveniles. Este año sumamos la sub 15, la sub 17 finalizó tercera el año pasado y ahora sumamos muchas a primera”, añadió.

Una decisión de vida

Daniela Díaz partió a River en febrebién ro de 2022, con un Belgrano que estaba por arrancar su competenci­a en la Primera B y con un desafío por delante que no podía rechazar. Fueron dos años al frente del Millonario, donde las cosas salieron de mayor a menor. Dejó el club al finalizar su contrato, sin haber podido clasificar a cuartos de final en el último torneo, pero con logros como haber jugado en el Monumental por primera vez o una gira por España.

“El balance siempre es positivo. Fue un crecimient­o muy grande en mi carrera estar en un club como River. Aprendés cómo tenés que manejarte en un club así. De repente, me encontré manejando una gran cantidad de personas, que antes lo hacía, capaz, pero no a ese nivel”, sostuvo.

“Tener jugadoras de gran calidad también fue crecimient­o; podés evoluciona­r y proponer cosas diferentes. El primer año fue el más lindo, como en cualquier trabajo. En el segundo, sufrimos la salida de jugadoras importante­s, como la dupla central. Fueron pequeños golpes. Siempre intentamos traer nombres, como “la Pepa” (Gómez), pero una camiseta como la de River siempre requiere su proceso de adaptación”, agregó.

“Potenciamo­s mucho las inferiores, hicimos firmar más de cinco contratos a juveniles. Quizás en el exitismo del resultado estas cositas no se ven. Hubo más presión y desgaste, aunque tamlo disfrutamo­s. Siempre estuvimos a disposició­n del plantel. Lamentable­mente, no cumplimos el objetivo deportivo de clasificar a cuartos de final”, cerró.

Volver a las raíces

Sin dudas, su llegada a Las Palmas sorprendió a más de uno, pero Daniela tenía un objetivo claro y toda su carrera como entrenador­a estuvo movilizada por una cosa: hacer crecer la disciplina.

“El llamado llega desde la comisión directiva. La realidad es que yo vuelvo a Córdoba y la idea era quedarme un tiempo, reencontra­rme con mi familia, mis vínculos. Tenía la intención de no quedarme parada, porque es lo que me gusta, lo que me mantiene activa”, confesó.

“Consultamo­s qué clubes podrían estar buscando un proyecto de crecimient­o del fútbol femenino y Las Palmas era uno de ellos. Hubo buena onda desde el primer contacto. Nosotros presentamo­s una idea y ellos se mostraron muy receptivos”, dijo.

Entonces, convocó a gente de confianza para diseñar la estructura y plantear los lineamient­os por seguir para dar ese salto de calidad que pretendía con el club del viejo camino a La Calera. “Nuestro proyecto es consolidar la primera sumando más gente al cuerpo técnico. Hoy tenemos entrenador, ayudante de campo, PF y entrenador de arqueras. Antes eran solo dos personas. Lo más parecido al profesiona­lismo buscábamos. Primero, sumar recursos humanos; y luego, elevar el nivel de los entrenamie­ntos, la intensidad, que poco a poco lo vamos logrando. Exigir a las jugadoras como si fueran profesiona­les, entrenamos cuatro días y ellas saben que si queremos dar un paso adelante, hay que hacer un mayor esfuerzo”, contó.

Para “Dani”, en cada momento hay que vivir la profesión de manera seria, esté donde esté. Y por ello tomó esa decisión de vida de volver a llenarse de tierra en un club de liga, luego de venir de un gigante como River o desde Belgrano, que desde hace más de 20 años apoya al femenino.

“El fútbol femenino es el mismo en todos lados. Puertas adentro, existen los mismos inconvenie­ntes en Belgrano, River o Las Palmas. El fútbol femenino tiene algo que es igual siempre, como la calidad de las jugadoras, el trato con ellas. Sí cambia la estructura, River no se puede comparar con ningún otro club. Estoy contenta porque pude armar mi propio equipo de trabajo, eso da siempre tranquilid­ad”, aseguró.

“Yo estoy acostumbra­da a esto, a mí nunca nadie me regaló nada y nunca pierdo la humildad de donde salí. La Liga Cordobesa tiene sus cosas buenas, es la más competitiv­a del interior, las jugadoras tienen otra esencia, tiene otro roce. Estoy contenta porque no deja de ser fútbol femenino, y lo que yo analizo y me hace estar en Las Palmas es el apoyo. Tenemos una cancha para nosotras, tenemos a disposició­n el gimnasio. Dentro del amateurism­o, no nos podemos dejar”, agregó la entrenador­a.

Daniela sabía que no podía estar mucho tiempo parada, que la profesión de entrenador es mucho de actualidad, algo de nombre y mucho de oportunida­d. Por eso no dudó en seguir construyen­do su camino en su ciudad.

“La decisión era mantenerme en actividad. A mí no se me cae nada por pasar de River a Las Palmas. Para mí, es potenciar el fútbol femenino donde sea que vaya. Habla también de la vocación que tenemos los profes que nos dedicamos a esto. Un día podés estar en el máximo nivel y al otro, en una liga amateur. Todos queremos colaborar y crecer a largo plazo”, afirmó.

“Estoy aprovechan­do para estar en mi casa, para hacer cosas que antes no podía. Estoy a la espera de que salga algo, pero en Las Palmas estamos trabajando muy serio”, expresó Daniela.

Sobre lo que espera lograr con Las Palmas y el equipo que pudo diseñar, la ex-Racing está muy conforme con lo que encontró y lo que llegó.

“Cuando llegamos, analizamos el plantel, había varias jugadoras que se iban a ir a otros clubes. Por suerte, muchas de ellas decidieron quedarse y, de pronto, empezaron a pasar cosas que nos ilusionaro­n. Las chicas empezaron a ver el trabajo y se decidieron por el proyecto. También sumamos a Noelia Cerca y a Florencia Ontivero, que venían de jugar en Talleres, tienen amplia trayectori­a; y esas cosas, en un equipo que quiere pelear, son necesarias. Por suerte, se sumaron y queremos transmitir­les que son líderes, sin importar el tiempo en el club. Adentro también tenemos grandes jugadoras, a las que respetamos por su historia en el club”, comentó.

“Por eso digo que no cambia, es lo mismo que hice en mis otros clubes. Buscamos amalgamar a jóvenes y referentes, a refuerzos y jugadoras del club, formar líderes y de a poco ir sumando chicas de inferiores. Estoy conforme con la primera, pero seguiremos haciendo convocator­ias para las inferiores”, cerró.

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PRENSA LAS PALMAS NUEVO DESAFÍO. Daniela Díaz se hizo cargo del fútbol femenino de Las Palmas.

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