La Voz del Interior

El ajuste en las cuentas provincial­es es inevitable

-

La situación económica sigue generando escenarios complejos, en los que resulta casi imposible hallar una solución que satisfaga a todas las partes involucrad­as.

Si tomamos como punto de partida la decisión del Gobierno nacional de alcanzar déficit fiscal cero durante este año, de inmediato observamos la abrupta caída en los montos girados por la Nación a las provincias. Las 24 jurisdicci­ones, con sus más y sus menos, quedaron entonces en la misma encrucijad­a: dejaron de percibir ciertos fondos establecid­os en distintos acuerdos fiscales, al mismo tiempo que disminuyó la recaudació­n directa por efecto de la recesión y todos sus gastos se incrementa­ron por la inflación.

El resultado es un déficit creciente y no financiabl­e. Ha llegado, por tanto, la hora de ajustar las cuentas. ¿Cuáles? ¿En qué plazos? ¿Cómo?

En Córdoba, es claro que el Gobierno tiene que avanzar en silencio con el ajuste, porque no puede apelar al recurso de la “herencia recibida” para echarle la culpa de los problemas actuales a la anterior gestión. Probó responsabi­lizar al Gobierno nacional, pero tuvo que poner esa alternativ­a entre paréntesis.

En ese contexto, por ejemplo, al déficit de la Caja de Jubilacion­es se agrega el de la Administra­ción Provincial del Seguro de Salud (Apross), un organismo autárquico con cuentas poco transparen­tes y un presupuest­o para 2024 cercano a $ 340 mil millones, que no alcanza porque registra un déficit mensual de unos $ 3 mil millones.

Apross, una obra social provincial con más de 600 mil afiliados cautivos y un presupuest­o superior al del Poder Judicial, es la más importante prestadora de servicios médicos de Córdoba. En una situación económica relativame­nte estable, y si prestadore­s y afiliados expresasen su satisfacci­ón con el organismo, ese déficit sería administra­ble y se podría proyectar su reducción a mediano plazo.

Pero la economía argentina está totalmente desequilib­rada y todos los actores de Apross están disconform­es con lo que reciben. Por un lado, los pacientes se quejan porque esperan varios meses hasta conseguir un turno con un especialis­ta, que en muchos casos además les cobra un coseguro. Por otro, los profesiona­les reniegan para cobrar –los pagos llegaron a estirarse 90 días, en medio de una alta inflación–, y sus honorarios están por debajo del mínimo ético fijado por sus asociacion­es.

La nueva administra­ción de Apross se propuso incrementa­r los ingresos aumentando el descuento a sus afiliados, ya que el Gobierno provincial no liberó un aporte adicional. Pero como, en paralelo, en las negociacio­nes paritarias se negó a los empleados provincial­es un aumento equivalent­e a la inflación, el nuevo descuento quedó en suspenso.

Y la inflación, mientras tanto, sigue aumentando los costos, en especial en medicament­os. Si Apross destinaba, históricam­ente, entre el 30% y 33% de sus gastos a remedios, hoy estos absorben el 50%.

He aquí otra razón por la cual la Nación y las provincias deben acordar un nuevo esquema fiscal y un plan de ajuste que en el mediano y en el largo plazo sean sustentabl­es para que no se dilapide el esfuerzo que está haciendo la sociedad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina