La Voz del Interior

EE.UU. La indigencia alcanzó una cifra récord

La Corte Suprema analizará un fallo que considera un castigo cruel e inconstitu­cional: penalizar a alguien por dormir a la intemperie, situación en la que se encuentran unas 650 mil personas en el país.

- Lindsay Whitehurst Associated Press

El caso más importante en décadas sobre indigencia llega a la Corte Suprema cuando un número récord de personas en Estados Unidos carecen de un lugar permanente para vivir.

Hoy, los jueces considerar­án una impugnació­n de los fallos de un tribunal de apelacione­s de California que determinó que castigar a las personas por dormir a la intemperie cuando falta espacio en un albergue equivale a un castigo cruel e inusual que es inconstitu­cional.

Una muestra representa­tiva de funcionari­os del oeste del país y de California, donde se asienta casi un tercio de la población sin hogar del país, argumenta que esas decisiones les impiden adoptar medidas de “sentido común” destinadas a evitar que los campamento­s de los indigentes se apoderen de parques y espacios públicos.

Los grupos de defensa consideran que las decisiones brindan proteccion­es legales esenciales, especialme­nte con un número cada vez mayor de personas que se ven obligadas a dormir a la intemperie a medida que aumenta el costo de la vivienda.

El caso ante la Corte Suprema proviene de Grants Pass, una pequeña ciudad enclavada en las montañas del sur de Oregon, donde el precio de los alquileres está en aumento y sólo hay un albergue para adultos para pasar la noche. A medida que un número creciente de tiendas de campaña se amontonaro­n en sus parques, la ciudad prohibió acampar y fijó multas de 295 dólares a quienes durmieran allí.

Bloqueo

La Corte Federal de Apelacione­s del Noveno Circuito bloqueó la prohibició­n de acampar al considerar que es inconstitu­cional castigar a las personas por dormir a la intemperie cuando no hay espacios adecuados para refugiarse. Grants Pass apeló ante la Corte Suprema, con el argumento de que el fallo le dejaba pocas opciones buenas.

La ciudad también impugna una decisión de 2018, conocida como Martin v. Boise, que por primera vez bloqueó las prohibicio­nes de acampar si falta espacio en los albergues.

Si se revoca la decisión, los defensores dicen que facilitará a las ciudades lidiar con los desamparad­os mediante arrestos y multas en lugar de ayudar a la gente a conseguir refugio y vivienda.

“En Grants Pass y en todo el país , la falta de vivienda ha aumentado porque cada vez más personas que trabajan duro tienen dificultad­es para pagar el alquiler, no porque carezcamos de formas de castigar a la gente que duerme a la intemperie”, dijo Jesse Rabinowitz, director de campaña y comunicaci­ones del National Homeless Law Center.

El caso se produce después que la cantidad de indigentes en Estados Unidos creciera un 12%, hasta su nivel más alto reportado, ya que el aumento del precio de los alquileres y una disminució­n de la asistencia por la pandemia de Covid-19 se combinaron para dejar la vivienda fuera del alcance de más personas, según datos federales. Cuatro de cada 10 indigentes duermen al aire libre, según un informe federal.

En la calle

Se estima que hay más de 650.000 personas en indigencia, la mayor cantidad desde que el país comenzó a utilizar la encuesta anual Point-inTime Count en 2007. Las personas de raza negra, las personas LGBTQ+ y los adultos mayores se ven afectados de manera desproporc­ionada, dijeron los defensores.

Dos de los cuatro estados con las mayores poblacione­s de indigentes, Washington y California, están en el oeste. Las autoridade­s de ciudades como Los Ángeles y San Francisco señalan que no quieren castigar a las personas simplement­e porque se ven obligadas a dormir a la intemperie, pero que las ciudades necesitan tener la capacidad de mantener bajo control los campamento­s crecientes.

San Francisco afirma que se le ha impedido hacer cumplir las regulacion­es para acampar debido a que la ciudad no tiene suficiente espacio de refugio para toda su población indigente, algo que estima que proveer costaría 1.500 millones de dólares.

Las autoridade­s de varias ciudades y Gavin Newsom, el gobernador demócrata de California, instaron a la corte superior de Justicia a mantener algunas proteccion­es legales y, al mismo tiempo, impedir que tribunales inferiores se “extralimit­en”. El fallo Martin v. Boise permite a las ciudades regular y “barrer” con los campamento­s, pero no hacer cumplir prohibicio­nes totales en comunidade­s donde no hay suficiente­s camas en los albergues.

El Departamen­to de Justicia también respaldó la idea de que las personas no deberían ser castigadas por dormir a la intemperie si no tienen otro lugar a donde ir, pero dijo que el fallo de Grants Pass debería ser desechado porque el Noveno Circuito no definió lo que significa ser “indigente involuntar­iamente”.

Frustració­n

Evangelis, la abogada de Grants Pass, sostiene que la postura del gobierno del presidente Joe Biden no resolverá el problema de la ciudad en Oregon. “Será imposible que las ciudades aborden realmente la crisis de los indigentes”, advirtió.

Los campamento­s públicos no son buenos lugares para que la gente viva, explicó Ed Johnson, quien representa a personas que viven a la intemperie en Grants Pass como director de litigios del Centro Jurídico de Oregon. “Es frustrante cuando las personas que tienen todo el poder se alzan de hombros y dicen: ‘No hay nada que podamos hacer’”, añadió. “La gente tiene que ir a alguna parte”, concluyó el letrado.

Dar una mano. “No quiero penalizar jamás la condición de indigente, pero quiero poder alentar a la gente a aceptar servicios y refugio”, dijo Thien Ho, el fiscal de distrito de Sacramento, California, uno de los estados con más personas sin techo.

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AP CAMPAMENTO­S. Los asentamien­tos precarios de personas en situación de calle crecen y se expanden por todo Estados Unidos.

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