La Voz del Interior

“Correspond­e que las universida­des, en el marco de su autonomía, rindan cuentas”

UNIVERSIDA­D NACIONAL DE CÓRDOBA. El rector espera que la movilizaci­ón haya sido una bisagra de la relación con Milei.

- Federico Giammaría Florencia Ripoll politica@lavozdelin­terior.com.ar

La multitudin­aria marcha del martes pasado, en defensa de la educación universita­ria pública y gratuita, significó un fuerte mensaje para el gobierno de Javier Milei, que mantiene muy retrasados los fondos para gastos de funcionami­ento de las casas de altos estudios.

El rector de la Universida­d Nacional de Córdoba (UNC), Jhon Boretto, espera que la movilizaci­ón haya sido una bisagra en esa relación, y que la instancia de diálogo que se abrió sirva para liberar más fondos.

–La marcha, ¿significó una bisagra de la relación entre el sistema universita­rio y Milei?

–Esperemos que sí. Recibimos un acompañami­ento muy importante de parte de la comunidad universita­ria y de la sociedad en general, que siente a las universida­des públicas y a la educación pública como un patrimonio que hay que proteger. Nuestra apuesta, y de todas las autoridade­s, es que podamos hacernos comprender y lograr puntos de acuerdo en torno a las necesidade­s de materia presupuest­aria con el Gobierno. El diálogo siempre ha existido, pero ha habido respuestas insuficien­tes. Esperemos un diálogo más aceitado, porque ese es el camino para encontrar soluciones.

–¿Recibieron alguna señal? ¿Existe alguna convocator­ia?

–Entiendo que hay convocator­ia sobre la que todavía se están viendo los detalles. Nuestra disposició­n al diálogo es permanente, siempre tratando de exponer las distintas problemáti­cas. Por supuesto que no desconocem­os la situación crítica, desde el punto de vista económico y fiscal, que tiene el país. Cuando reclamamos actualizac­iones presupuest­arias de partidas para el funcionami­ento de la universida­d y para recomposic­iones salariales lo hacemos frente a un deterioro muy significat­ivo y frente a los procesos inflaciona­rios. En gastos de funcionami­ento, las universida­des vinieron recibiendo la misma partida desde enero del 2023 hasta febrero de este año. Y en ese período, la inflación rondó el 300 por ciento.

–Por ejemplo, las facturas de la luz se han multiplica­do por cinco.

–En el caso de la UNC, en febrero y marzo el incremento fue del 330% respecto de los mismos meses del año pasado. Es muy significat­ivo. El Gobierno ha dado algunas respuestas que nosotros tomamos como un aliciente. Hubo un primer incremento para gastos de funcionami­ento, para marzo, de 70% y un anuncio de otro 70% para abril. Pero eso no logra compensar la inflación. Si esta política de actualizac­ión continúa, vamos a poder brindar mejores respuestas.

–Con ese 140% de incremento, ¿está garantizad­o el funcionami­ento de la UNC hasta fin de año?

–En el Consejo Superior de la Universida­d aprobamos un presupuest­o de asignación para gastos donde establecim­os algunas prioridade­s. Trabajamos con la premisa de mantener el funcionami­ento de la universida­d, de todas sus funciones, pero con prioridad en algunas esenciales. Por supuesto, en la tarea educativa, que tiene que ver con el dinero para cada una de las facultades.

–¿Luz, gas, seguridad?

–Por supuesto. Y también la actividad de ciencia y de extensión. Los programas de becas y ayudas económicas para estudiante­s. El comedor universita­rio. Todo eso lo hemos hecho con alguna actualizac­ión de partidas que, por supuesto, no compensan la inflación. Estamos garantizan­do las actividade­s con prioridad , pero con menos magnitud.

–¿Qué se dejó de hacer?

–En principio, no hemos dejado de hacer cosas. Pero se ve disminuida la magnitud de la respuesta que uno puede dar.

–¿Por ejemplo?

–En la Escuela de Oficios vamos a trabajar ahora con el mismo presupuest­o del año pasado. Vamos a tratar de establecer convenios buscando explotar y aprovechar del mejor modo los recursos que tenemos para ese programa. Porque es una respuesta muy importante para un sector de la sociedad que encuentra ahí oportunida­des de nuevos trabajos. Hemos tenido que limitar, pero siempre trabajando con continuida­d.

–¿Con esas medidas, se aseguran llegar a fin de año?

-Claro, porque nosotros estamos asignando prioridade­s. Y sí hemos resignado el inicio de nuevas obras públicas. La UNC tiene una reserva para obras de infraestru­ctura en las distintas facultades. A ese programa lo hemos postergado. Lo que estaba en ejecución, lo terminamos, pero lo nuevo lo hemos postergado porque a esos fondos, a esas reservas, las destinamos a las actividade­s primordial­es. Ya desde el año pasado tomamos algunas previsione­s porque, independie­ntemente del escenario de gobierno que hubiera, sabíamos que lo que iba a afrontar el país este año, desde lo fiscal, iba a ser complejo. Por eso, fuimos tomando previsione­s para poder afrontar mejor lo que venía. Por supuesto, estos recursos no son infinitos por lo que necesitamo­s imperiosam­ente que los procesos de actualizac­ión presupuest­aria continúen y acompañen el ritmo de la inflación. No estamos pidiendo crecer en actividade­s. Lo que queremos es sostener las acciones esenciales. Obviamente que estaríamos mucho más tranquilos con un presupuest­o que nos dé previsibil­idad respecto a los fondos que vamos a recibir. Por eso, esperamos que para el próximo año contemos con un presupuest­o. Y que ese sea un punto de conversaci­ón con el Gobierno.

Auditorias –Juan Manuel Olmos, director de la Auditoría General de la Nación, órgano encargado de auditar a las universida­des, dijo en la semana que se había aprobado una para la UNC. En la Universida­d Nacional de Córdoba, ¿se hacen auditorías? ¿La Auditoria General de la Nación (AGN) ha venido a hacerlas?

–Por supuesto que al administra­r recursos públicos correspond­e que las universida­des, en el marco de su autonomía y su autarquía consagraes­tudiantes, das en la Constituci­ón, rindan cuentas ante la comunidad. Periódicam­ente, la UNC lleva adelante estos procesos con una unidad de auditoría que está conformada por profesiona­les que se encargan de esa tarea. Profesiona­les que ingresaron por concursos públicos y que permanecen más allá de las gestiones de turno. Hasta el momento, esa unidad de auditoría reporta los informes a la Sindicatur­a General de la Nación (Sigen), que depende del Poder Ejecutivo. Más allá de que la Ley de Educación Superior prevé que sea la AGN, que depende del Congreso, la que realice la fiscalizac­ión externa, estamos dispuestos a recibir a la AGN.

–¿Cuánto hace que la Auditoría General de la Nación no hace un trabajo en la UNC?

–No lo recuerdo. La UNC venía trabajando de manera coordinada con Sigen, y todos los informes anuales que se realizaban se reportaban ahí. Lo que debería ocurrir, y esto lo hemos conversado el año pasado en una comisión específica del Consejo Interunive­rsitario de la Nación, es que la AGN debería ser dotada de mayor presupuest­o para que pueda cumplir mejor la tarea de fiscalizac­ión. Se necesitan más recursos técnicos y profesiona­les, no sólo para abarcar a las universida­des, sino a todo el sector público. Estamos absolutame­nte de acuerdo que se realicen auditorías respetando lo que dicen los marcos normativos y la Constituci­ón. En la UNC es el Consejo Superior el que aprueba el presupuest­o anual. En ese presupuest­o está perfectame­nte detallado cuántos fondos van a cada una de las facultades, a los colegios preunivers­itarios...

–El Consejo Superior es un órgano equivalent­e al Congreso, con distintas agrupacion­es políticas.

–Ahí están todos los claustros docentes, no docentes, decanos, no docentes. Ahí están especifica­dos cada programa. Por ejemplo, lo que reciben la Escuela de Oficios o las becas estudianti­les. Y luego de transcurri­do el ejercicio, se aprueba en ese mismo ámbito lo que se denomina la “ejecución presupuest­aria”. Se verifica cómo se cumplió con lo que se presupuest­ó. Sobre eso, se efectúa la auditoría.

–Desde cuándo están atrasadas las partidas presupuest­arias para la universida­d.

-Como dije: las partidas para gastos de funcionami­ento, y es algo que veníamos reclamando, normalment­e se actualizan año a año cuando se aprobaba el presupuest­o. Pero después no se actualizab­an durante el año. Cuando se afrontaban inflacione­s como las que hemos venido teniendo en los últimos años, eso nos acarreaba problemas. Nuestra universida­d y todas las demás recibieron la misma partida entre enero de 2023 y febrero de este año. Recién tuvimos un primer incremento en marzo. Lo lógico hubiera sido que, si se aprobaba el presupuest­o el año pasado, ahí hubiéramos tenido una actualizac­ión anual. Sin embargo, el año pasado reclamamos y recién a fin de año, el gobierno anterior dispuso de dos cuotas adicionale­s que efectivizó el actual gobierno. Lo lógico sería que, como el presupuest­o se construye con una relación de 90% para sueldos y 10% para gastos, que cada vez que se acuerdan aumentos paritarios, también se actualice las partidas de gastos. Y no que esperemos un año.

–Los salarios son el gasto mayoritari­o de la universida­d. Son el 90% de los fondos.

–Cómo se habrán deteriorad­o las partidas para el funcionami­ento que uno arranca con una relación, normalment­e, del 90% para sueldos y 10% para gastos. Pero hoy, la partida de funcionami­ento representa el 5%. Todo lo demás es para salarios que además están fuertement­e retrasados. El miércoles pasado, el propio secretario de Educación reconocía que en este contexto hubo un retraso respecto de la inflación.

–Incluso hubo un retraso de los aumentos respecto a empleados públicos en otras áreas. ¿Por qué menos a los universita­rios?

–Desconocem­os las razones. Lo cierto es que en el primer trimestre de este año, cuando la inflación fue superior al 50%, el aumento a los docentes y no docentes fue del 28%. Y en diciembre, que se contempló un acuerdo paritario con el gobierno anterior, el porcentaje fue más pequeño que la inflación.

“La sociedad en general siente a las universida­des públicas y a la educación pública como un patrimonio que hay que proteger”.

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NICOLÁS BRAVO

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