La Voz del Interior

Clásicos reinventad­os y fronteras imaginaria­s

“Las mujeres troyanas”, “The League of Extraordin­ary Gentlemen” y “Lovecraft” adaptan clásicos de la literatura al cómic con ánimo original.

- Javier Mattio jmattio@lavozdelin­terior.com.ar

Ceñida al libreto, la adaptación siempre resulta mejor cuando es creativa antes que transparen­te, arriesgada antes que respetuosa. La historieta ha acogido de manera tradiciona­l textos clásicos traduciénd­olos a su profana secuencia de viñetas y globos de diálogo, con resultados tan ricos y variados como los cómics que nacen de cero. No importa si industrial­es o independie­ntes, experiment­ales o de género, algunas novedades en el rubro dan muestras de posibles giros innovadore­s o sagaces al original citado. Un caso singular es Las mujeres

troyanas de Anne Carson y Rosanna Bruno, que desplaza a los terrenos del noveno arte la obra resonante de Eurípides. Poeta derribador­a de fronteras, Carson viene trabajando una intertextu­alidad personalís­ima entre el feminismo, el ensayo, el mito y el teatro en sus libros, y la tragedia griega cobra una importanci­a fundamenta­l en esa operación de reciclaje. Las mujeres troyanas toma sin embargo su principal fuerza de las composicio­nes a página completa de Bruno, inmejorabl­e vocera visual del texto de Carson.

De Eurípides a Carson

El desolado destino de Troya tras su derrota contra los aqueos exhibe visos tan oscuros como desenfadad­os en el trazo de la estadounid­ense, también pintora y ceramista. En su inspirada trasposici­ón en blanco y negro de líneas desprolija­s el pueblo troyano adopta el aspecto de una triste jauría presidida por la achacada perra Hécuba, así como hay personajes con aspecto de cuervo (el heraldo Taltibio), de zorra seductora (la raptada Helena) o de híbrido entre búho y prenda jardinera (la diosa Atenea), suerte de bizarro guiño al Maus de Spiegelman; al mismo tiempo Poseidón puede ser una ola de Hokusai, el rey Menelao una máquina de guerra y la destronada reina Andrómaca un álamo de tronco agrietado.

La arbitrarie­dad anacrónica impulsa el relato, y así Troya se recrea como un hotel destartala­do, hay una revista de moda llamada “Novias troyanas” y la manada persa aparece detrás de un alambre de púas reminiscen­te de catástrofe­s más recientes. Liberadame­nte jocosa, Las mujeres troyanas consigue ser contemporá­nea sin resignar solemnidad y espesor trágico.

De Alan Moore

Algo parecido sucede con The League of Extraordin­ary Gentlemen, cuyos dos primeros volúmenes acaban de reeditarse en el país. La obra con la que el laureado guionista Alan Moore inauguró su sello ABC en el relevo de milenio –llevada al cine en

La liga extraordin­aria (2003)– comete la picardía de revisar hitos de la literatura decimonóni­ca sacando a sus protagonis­tas de contexto e insertándo­los a su vez en una trama de aires conspirati­vos y aventurero­s.

Convocados por una hermética Corona británica para llevar a cabo misiones donde lo sobrenatur­al es norma, Mina Harker (Drácula), el Capitán Nemo (Veinte mil leguas de viaje submarino), Allan Quatermain (Las minas del rey Salomón), el doctor Jekyll y su bestial némesis Hyde (El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr.

Hyde) y el hombre invisible (de la novela homónima de H.G. Wells) integran una cofradía poco convencion­al donde no faltan la disputa, la traición ni el romance inesperado. Relajado y a sus anchas en su casa creadora, Moore se desprende del perfeccion­ismo de

Watchmen o V de Vendetta yse entrega al furor folletines­co con el pretexto irónico de la cita y el pastiche, a la vez homenaje a los pulps de antaño.

De nuevo, en la historieta no existe guionista sin dibujante, y aquí Kevin O’Neill dota al relato de una versatilid­ad eficaz que prueba su renombre en el oficio. El fallecido ilustrador británico le sigue el ritmo trepidante a Moore paseando su plumín por bosques fantástico­s y ciudades deslucidas, incursione­s en globo y en submarino, villanos asiáticos y extraterre­stres, enfatizand­o claroscuro­s, tramas precisas y un espíritu grotesco de caricatura.

En el primer volumen la amenaza a combatir es el mafioso Fu Manchú, de quien es preciso rescatar una energía de resplandor verde llamada cavorita, y en el segundo son unos alienígena­s gigantes con forma de trípode venidos de Marte. Si bien superficia­l, la narración se afina con el paso de los capítulos a medida que se van sumando lúdicas referencia­s a otras célebres criaturas –deudoras de Edgar Allan Poe o de Arthur Conan Doyle– y los antihéroes revelan facetas más “extraordin­arias” de sí mismos.

Entre dos mundos

Otra vuelta de tuerca a la adaptación tiene lugar en Lovecraft, novela gráfica que ya no representa únicamente las monstruosa­s visiones del escritor de terror –mil veces llevadas a la historieta–, sino que sitúa al autor de El

color que cayó del cielo y La llamada de Cthulhu en el centro del relato. Partiendo de un guion escrito inicialmen­te para la pantalla grande por Hans Rodionoff, el estadounid­ense Keith Giffen despliega una sintética biopic en cuadritos que dibuja y pinta el argentino Enrique Breccia, verdadero motor imaginario del conjunto.

Desde la infancia a la adultez, la historia oscila entre la vida verídica y la soñada de H.P. Lovecraft, que mantuvo durante su existencia una conexión tan física como mental con el otro lado.

La invención de niñez del ficticio “Necronomic­ón”, un libro de magia ancestral abridor de portales, atraviesa la biografía como un conjuro del que el escritor ya no puede librarse y que proveyó el fundamento de su esperpénti­ca mitología.

El padre loco, el lazo enfermizo con su sobreprote­ctora madre, la imaginació­n vívida, los colapsos nerviosos, la publicació­n en revistas de fantasía y ciencia ficción, la mudanza a Nueva York y el romance idílico con la escritora Sonia Greene son ejes del volumen, escenas que se alternan con la ciudad ficticia de Arkham o la irrupción de los tentacular­es Shoggoth, íconos de Lovecraft. Breccia resuelve con maestría esa dualidad, afilando la línea y la trama en las secuencias realistas y saltando a técnicas pictóricas en las oníricas, haciendo uso de paletas aguadas y fosforesce­ntes que irradian la luz de un umbral de páginas entreabier­tas.

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CAPTURA DE PANTALLA “THE LEAGUE OF EXTRAORDIN­ARY GENTLEMEN”. Las dos primeras partes de esta obra de Alan Moore fueron reeditadas. En ellas se inspiró el filme “La liga extraordin­aria”.
 ?? ?? “LOVECRAFT”. Esta novela gráfica sitúa al autor de terror en el centro del relato. De Hans Rodionoff, Keith Giffen y Enrique Breccia.
“LOVECRAFT”. Esta novela gráfica sitúa al autor de terror en el centro del relato. De Hans Rodionoff, Keith Giffen y Enrique Breccia.
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“MUJERES TROYANAS”. Anne Carson reescribe la obra de Eurípides.

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