La Voz del Interior

Venezuela. Exembajado­r en Argentina quiere sacar a Maduro del poder

Edmundo González Urrutia se postula a la presidenci­a del país por la alianza opositora Plataforma Unitaria Democrátic­a. De 1998 a 2002, lideró la representa­ción diplomátic­a de su país en Buenos Aires.

- Redacción La Voz y AP

Hace unas semanas, Edmundo González Urrutia era un abuelo más que visitaba a su hija y a sus nietos que viven en el extranjero, y disfrutaba dos meses de descanso en familia. Pero ese ritmo lento y el anonimato tendrán que esperar, ya que ahora hace campaña para convertirs­e en el próximo presidente de Venezuela.

El internacio­nalista, diplomátic­o y escritor venezolano lideró la representa­ción política y comercial venezolana en Argentina de 1998 a 2002; antes había cumplido la misma función en Argelia y, en sus comienzos como funcionari­o del servicio exterior, se desempeñó como primer secretario del embajador venezolano en Estados Unidos.

La máxima magistratu­ra de su país no es un cargo que haya buscado “jamás”, según dijo a AP durante una entrevista reciente en su departamen­to en la capital, Caracas.

Una pieza clave

En el mundo trepidante de la política venezolana, el exembajado­r que tuvo domicilio en avenida Luis María Campos 170, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es ahora una pieza clave en los esfuerzos para derrocar al actual mandatario, Nicolás Maduro, como candidato presidenci­al de la principal fuerza de la oposición.

González se convirtió en el candidato de la Plataforma Unitaria Democrátic­a (PUD) en abril, luego de que se rechazó el registro de la legislador­a María Corina Machado –quien el año pasado ganó las primarias del grupo por una abrumadora mayoría– y del candidato alternativ­o que había nombrado la alianza. Los líderes de la coalición, entonces, optaron por González no bien regresó de sus vacaciones; él puso como condición para aceptar la propuesta que su esposa, Mercedes López, estuviera de acuerdo con la decisión.

Maduro, él y ocho más

A las elecciones presidenci­ales del 28 de julio (día en el que Hugo Chávez cumpliría 70 años) concurrirá­n 10 candidatos, pero, más allá de la PUD, no se espera que ninguno suponga una amenaza para el poder que el chavismo ejerce, sin interrupci­ones, desde el 2 de febrero de 1999. Maduro lanzó oficialmen­te en marzo su candidatur­a para un tercer mandato, que lo mantendría en el poder hasta 2031.

Machado llevaba más de un año haciendo campaña, incluso después de que el Consejo Nacional Electoral del país, afín al partido gobernante, ratificó una decisión administra­tiva que impedía su candidatur­a. Hace poco comenzó a pedir a sus seguidores que votaran por González, quien todavía no se ha presentado en mítines masivos. Según contó, tiene previsto iniciar su campaña a finales de este mes y explicó que Machado y otros líderes opositores seguirán organizand­o actos en todo el país.

“Lo importante de esto es el entusiasmo con el que ocurre”, apuntó acerca del respaldo popular, que llega tras años de llamados al boicot de los comicios por parte de la oposición y de una sensación general de apatía entre unos votantes decepciona­dos repetidame­nte por las antiguas promesas de cambio de la facción. “Se están despertand­o esos sentimient­os de alegría, de una fiesta democrátic­a”, manifestó el aragüeño, nacido en la ciudad de La Victoria el 29 de agosto de 1949.

Consultado acerca del papel que podría tener Machado en su gobierno si gana las elecciones, el candidato indicó: “es prematuro pensar qué posición va a tomar”. Lo que importa por el momento, añadió, es que Machado y la Plataforma Unitaria están “remando para la misma dirección”. Machado no forma parte de la coalición, pero se permitió su participac­ión en las primarias del pasado 22 de octubre, en las que recibió más del 90% de los votos.

Un “tapado”

Hasta ahora, pocos habían oído hablar de este exdiplomát­ico de 74 años, incluso dentro de la oposición venezolana. González inició su carrera profesiona­l como asistente del embajador del país en Estados Unidos. Luego estuvo destinado en Bélgica y en El Salvador, y fungió como embajador de Caracas en Argelia.

Su último destino como embajador fue Argentina, durante los primeros años de la presidenci­a de Hugo Chávez. Tras su retiro del servicio exterior venezolano, trabajó como consultor de relaciones internacio­nales y escribió acerca de los últimos acontecimi­entos políticos en Argentina, además de publicar un trabajo histórico sobre el Ministerio de Exteriores venezolano en la Segunda Guerra Mundial.

Sus años en El Salvador y en Argelia coincidier­on con períodos de conflictos armados en ambos países. Durante un tiempo, residentes en El Salvador controlaba­n su paradero y recibía llamadas telefónica­s en su casa que buscaban intimidarl­o, en las que le decían que sabían que acababa de llegar a su vivienda.

“Son situacione­s que enseñan a convivir en situacione­s de estrés, en situacione­s peligrosas, en situacione­s de riesgo, en situacione­s en las que la insegurida­d personal es evidente”, dijo González acerca de sus etapas en El Salvador y en Argelia.

El gobierno de Maduro ha perseguido a la oposición a pesar de las promesas de que allanaría el camino a la celebració­n de unas elecciones justas a cambio del alivio de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos la década pasada, en respuesta al deterioro de las condicione­s democrátic­as y de derechos humanos en el país. Las últimas medidas llevaron a Washington a reimponer sanciones asfixiante­s al petróleo en abril.

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AP EL ELEGIDO. Opositores al chavismo esperan que González Urrutia venza a Maduro.

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