La Voz del Interior

Gemma Ruiz Palá “No va a ser tan fácil cerrarnos la boca”

La escritora catalana estuvo en Córdoba y habló sobre la novela en la que retrata a diferentes mujeres de la generación de su madre, que vivieron a la sombra del franquismo.

- Ernestina Godoy Especial

Diez mujeres, diez vidas. Diez proyectos con tantas postergaci­ones que resulta imposible volver al deseo original, al primer motor de la juventud. En la novela Nuestras

madres, la escritora catalana Gemma Ruiz Palá (1975) cruza en un gigantesco tapiz los destinos de amigas, vecinas, colegas y madres que atravesaro­n su contexto como pudieron.

Cada capítulo presenta a una mujer en el vaivén de su pasado y de su presente. Hay un contraste permanente entre el proyecto adolescent­e, a la sombra de la dictadura franquista, y la adultez que, a través de hijos, nietos y esposos, encuentra los interstici­os para vivir el deseo.

El estilo de Ruiz Palá conjuga una prosa ágil con escenas que irrumpen como latigazos de realismo. Son personajes obligados a tomar decisiones cruciales y a cargar con el peso de la renuncia: a una carrera, a un proyecto, a la maternidad, a la homosexual­idad, a sí mismas.

Todas y ninguna

Es difícil no pensar que las protagonis­tas de Nuestras madres son ejemplares de mujeres reales. “Pues no –aclara Ruiz Palá, que estuvo de visita en Córdoba–, porque parte de una intenciona­lidad clara de honorar y de reconocer a la mía, a las madres de mis amigas, a toda una generación. Estudié el contexto social, económico, político de la dictadura, tesis doctorales sobre cosas específica­s de la época. Me hice un libro antes del libro de 150 páginas con cada personaje. Organicé dos cenas con amigas de mi madre para preguntar datos”.

–¿Qué cambió durante el proceso de escritura de la novela en tu percepción de la mujer?

–Algo que me ha gustado mucho es que me ha transforma­do la experienci­a de ver a mi madre y a las de su generación, que al escribir sobre ellas las he visto como personas, sin la capa de progenitor­as. Mucha gente de mi generación, o más jóvenes, y chicos que la están leyendo me dicen eso. Creo que todas tenemos una mirada muy juiciosa contra nuestras madres; y si tú las investigas un poco, las ves con una distancia que sirve para dejar de juzgar. Mis saltos de madurez han tenido que ver con poner a mis padres, sobre todo a mi mamá, en ese lugar de una persona entre todas. La novela hace mucho ese ejercicio, obliga a hacerlo.

–¿Hay algún perfil de madre o de mujer que considerás que te haya faltado incluir?

–Para mí, no, pero una lectora en una presentaci­ón muy especial se levantó, hizo como un “Me too” allí delante, precioso. Ella estudió matemática­s, se dedicó a la docencia toda la vida; y su marido, que también había sido universita­rio, le pegó durante muchos años de su vida, y me dijo: “Este libro me ha encantado, me he visto, pero me hubiera gustado verme en una persona”. Porque sí, ahora estamos con esta lucha de visibiliza­r, pero imaginaros en esa época en la que no se decía que la ley implícita franquista era “La maté porque era mía”. A lo mejor me faltó eso. –Es recurrente en la novela la referencia al franquismo. ¿Todavía hoy encontrás presente esa herencia cultural y social?

–Sí, en el machismo totalmente instalado y en la reacción que está habiendo ahora, apelando a aquellas épocas gloriosas en que los hombres no tenían que aguantar que las mujeres dijésemos en voz alta “No nos violéis”. Como que se han tenido que callar unas décadas, no muchas, y ahora lo ven como el paraíso perdido. Porque, claro, son muchos años de formación del espíritu nacional con esa mala educación de género, con la mujer relegada únicamente a la función reproducti­va, que es lo que hacen todos los fascismos cuando entran a gobernar. Ahora, claro, después de los avances, siempre viene la gran reacción y estamos allí. Pero yo creo que estamos en un momento con las redes, con la auto organizaci­ón, con tomar las calles, que no va a ser tan fácil cerrarnos la boca.

Mujeres en situación

En 2022, Ruiz Palá recibió el Premio Sant Jordi por Nuestras madres.

El reconocimi­ento no solo señala el valor literario de la obra, sino que además rompe con 19 años consecutiv­os de ganadores masculinos.

–¿Cómo fue recibir el reconocimi­ento del Sant Jordi? ¿Hacés una lectura política de que haya sido otorgado a una mujer?

–Yo creo que fue un accidente. No hay conciencia de que hay ese primer sesgo de género inconscien­te y sutil que es el contenido, desde qué experienci­a se cuentan las historias. Ellos, los jurados en general, creen que hay paridad porque están con seudónimo. Pero tú lees un libro y sabes con qué perspectiv­a está hecho. Entonces, el primer sesgo es menospreci­ar las experienci­as femeninas de la vida. En cambio, las masculinas son las universali­zables.

Nuestras madres podría ser simplement­e una denuncia de los avatares femeninos en la década de 1970 que despertara empatía. La novela acompaña, en cambio, a estas mujeres en una adultez que capitalizó la amargura y la sumisión, que hacen de lo femenino un asunto colectivo, una red establecid­a en el silencio y la mirada cómplice. Se acompañan en la crianza de hijos y en la sala de espera de un médico que practica abortos.

–Las protagonis­tas libran batallas personales contra problemas sociales (homofobia, xenofobia) que siguen presentes. ¿Hubo avances en la situación de las mujeres o son avances frágiles?

–Son frágiles, pero también son claros. Si nos comparamos con haber nacido en dictadura, no hay comparació­n, esto también se tiene que poner en valor. Tener una democracia más o menos sólida te cambia la vida. En una dictadura fascista, estás discrimina­da por ley; estás repudiada, menospreci­ada. Entonces, el avance en estos términos es clarísimo. Ahora, todas las sutilezas que nos apartan del camino, que nos hacen renunciar a tener cargos, que nos hacen tener la doble carga mental y de cuidados, esto está porque nos han socializad­o los cuidados. Pero no tiene comparació­n el margen de maniobra que hemos tenido nosotras.

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PRENSA EDITORIAL CONSONNI
 ?? ?? Nuestras madres Gemma Ruiz Palá
Editorial Consonni 320 páginas 2024
$ 24.990
Nuestras madres Gemma Ruiz Palá Editorial Consonni 320 páginas 2024 $ 24.990

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