Símbolos, magia y disfraces
LOS SÍMBOLOS DEL CARNAVAL
La fiesta del Carnaval alcanzó gran importancia en Europa durante la Edad Media, cuyos ritos populares se siguen practicando en muchos países. Más tarde, hacia los siglos XIV y
XV, tuvo su apogeo en Italia, entre los que destaca el Carnaval de Venecia, con su toque artístico y aristocrático.
Veamos algunas de las antiguas costumbres y tradiciones culturales que se llevan a cabo durante estas celebraciones.
Carnaval: Por lo general, el Carnaval se celebra durante tres días y en estas fiestas se mezclan tanto las costumbres religiosas como las tradiciones paganas. Lleno de símbolos distintos, la música, el baile, la diversión y la libertad de expresión en sus formas más libres y deshinibidas son parte de su naturaleza.
Las caretas: Dentro del ritual carnavalesco, fue Italia el que adoptó la careta, más precisamente, Venecia, donde se usó como vehículo de alegría y, también, como facilitador de romances y amoríos. Desde una perspectiva más negativa, también sirvió para lograr esconder el rostro y gozar de impunidad al cometer venganzas y conspiraciones políticas de todo tipo.
Máscaras: Más antiguas que las caretas modernas, las máscaras suelen ser utilizadas en las celebraciones más populares y adquirir muchos de los rasgos de los valores “menos aceptados moralmente”, o bien, identificarse con el mal o los menos aceptables socialmente.
El diablo: El muñeco de paño rojo representa al “diablo carnaval”, también llamado Pajllai, o el Rey de los locos, Baco, Amán o Saturnalicius rex, al que habrá que desenterrar y volver a enterrar para deshacerse de sus nocivas influencias. Matar al diablo para deshacerse de él o, por el
contrario, sacarlo a pasear para poder ejercer el mal con libertad (esa es una de las ideas transgresoras del Carnaval). Por ejemplo, los diablos que tiran petardos o el personaje malo que va pegándoles a los desprevenidos.
Tirarse cosas: La costumbre de arrojarse distintos tipos de elementos fue heredada de los romanos, quienes se divertían tirando con fuerza confites de menta, rosa o anís a la cara de los transeúntes. De aquel hábito, se adoptó luego, en París, el papel picado y, actualmente, dependiendo del lugar, la gente puede arrojarse los elementos más variados: tomates, harina, agua, etcétera.
Las peleas: Otra cosa que se permite en Carnaval son las peleas, que pueden ser libres o con reglas. Sería una forma de libertad política en la que el pueblo expresa de forma espontánea el control al que está sometido para, luego, volver a seguir el orden moral y social.
La comparsa: Suele ser parte de los desfiles del carnaval. La gente se viste con atuendos apropiados a cada lugar y circunstancia y baila al ritmo de su música autóctona u otra más elaborada, como las famosas “batucadas” brasileñas.
Lanzar agua: En Venecia, se prendían velas para atraer la suerte. Dudando de no recibirla, comenzaron a tirarse agua para apagar la de sus vecinos.