Una visita a la clínica SHA de Alicante.
Frente al Mar Mediterráneo y al Parque Natural de la Sierra Helada en la Comunidad Valenciana, se encuentra SHA Wellness Clinic, un complejo de lujo que propone un détox completo, tanto a nivel físico como emocional.
Hace 10 años, el argentino Alfredo Bataller Parietti padecía problemas de salud graves que no encontraban respuesta en la medicina tradicional. En busca de una mejor calidad de vida comenzó a tratarse con una médica oriental experta en nutrición y terapias naturales. No solo encontró bienestar, su vida cambió para siempre.
Después de su experiencia -y con ayuda de su familia- decidió convertir su casa de veraneo, en la Bahía de Altea (a una hora de auto de Alicante y dos de Valencia) en una clínica que bautizó SHA Wellness Clinic. Desde ese entonces, desde allí practica un método que combina la nutrición altamente terapéutica, el ejercicio físico, las terapias naturales y los tratamientos avanzados en materia de medicina preventiva, regenerativa, estética y estimulación cognitiva para llegar a un estado pleno de equilibrio de cada individuo.
Con el tiempo lograron posicionarse internacionalmente como el paraíso de lo que hoy se entiende como el nuevo détox. “La definición básica de este concepto es la depuración del organismo a través de la eliminación de toxinas -explica Alejandro Bataller, Vicepresidente de SHA-. Es importante entender que
la detoxificación es una capacidad natural: el cuerpo se encarga constantemente de neutralizar y eliminar toxinas. Sin embargo, ante un exceso de estas, ya sea por alimentación inadecuada, polución o sedentarismo, es posible que no logre desarrollar esta purificación de manera eficiente”. Es por este motivo que en la clínica ofrecen un détox completo que se da tanto a nivel físico como emocional. “La nutrición es el punto de partida, ya que es clave para el proceso de eliminación de toxinas. Luego añadimos tratamientos y terapias que aceleran el proceso, tales como la hidroterapia de colón (que limpia el intestino para asimilar nutrientes) o la ozonoterapia (que purifica la sangre). Por otro lado, el estrés, la ansiedad y la frustración provocan bloqueos energéticos que restan energía y vitalidad, nos enferman y hay que desbloquearlos con terapias alternativas efectivas -como la acupuntura, el mindfulness o el shiatsu- que ayuden al equilibrio pleno”, acota Bataller. Desconectar para conectarse con uno mismo. Esa es la premisa de todos los médicos y profesionales de la clínica. Las opciones para sentirse bien son muchas y todas están preparadas para que cada uno de los pacientes salga transformado y en equilibrio. El healthy aging, la medicina reparadora y preventiva y genética, así como las alternativas estéticas (drenaje linfático, Indiba, mesoterapia, cura hidroenergética, Facial Honey Enzime, entre muchísimas) el fitness y la estimulación cognitiva se combinan para lograr el tan esperado y necesario objetivo. Los programas se adaptan a la necesidad del visitante: existen dos para lograr bienestar general, tres opciones para el control de peso y détox, una de gestión de estrés, otra de fitness y dos de rejuvenecimiento. “Cuando uno busca el bienestar del cuerpo, todo se alinea. De hecho, no creo que sea factible tener una salud física fantástica si no tenés una buena salud mental y emocional”, detalla Bataller.
Un palacio frente al mediterráneo
El edificio blanco de SHA se encuentra emplazado sobre una gran colina que sobresale entre el verde
de la montaña y recrea un paisaje tan singular como acogedor. A lo lejos se ve un Mar Mediterráneo bien azul y más allá, la cadena montañosa de Sierra Helada, que recrea el marco ideal para olvidarse de la rutina y sumergirse en un universo a puro relax. Las batas blancas y las pantuflas son el outfit indicado para disfrutar de esta clínica. Música relajante funcional y agua saborizada natural está a disposición de sus visitantes en cada rincón del enorme edificio. El silencio y la cordialidad priman en todo momento. El primer paso consiste en un reconocimiento de salud y chequeo de medicina general para que luego los especialistas determinen los tratamientos adecuados para cada paciente.
La nutrición es uno de los ejes fundamentales de los tratamientos. En el restaurante -vidriado y con vista al mar, la montaña y la piscina infinita- se sirve solamente desayuno, almuerzo y cena (no hay chances de comer entre horas). La dieta es saludable y terapeútica y se basa en comida mediterránea fusionada con asiática elaborada con ingredientes ecológicos locales y estacionales. En el menú, supervisado por la Harvard Medical School, se evitan siempre las carnes rojas, el azúcar refinado, los lácteos y los huevos. Salvo el detalle de no poder ingerir líquido durante las comidas, es difícil notar que uno está llevando a cabo una dieta especial: los platos son deliciosos, originales y sacian el apetito. Existen tres menús: el SHA (para aprender a comer sano y saludable, pero gourmet), el Biolight (indicado para pacientes que buscan dejar de fumar, bajar el estrés o controlar el peso) y el Kushi (la opción más estricta pensada para la pérdida de peso). Las bebidas medicinales que acompañan la dieta son, además de agua, tés orientales con Daikón, Kuzu, Mu, Kombu, Shiitake y Kuchika. La nutricionista elige según las características de cada paciente cuál es el indicado para beber y en qué momento del día. SHA, además, propone caminatas con diferentes niveles de dificultad por las montañas o la playa, clases de yoga, de repostería y comida orgánica. Además, tiene un microcine y una enorme biblioteca de lectura con temática holística para que todos sus huéspedes puedan entretenerse en medio de sus tratamientos y actividades. Es sorprendente cómo el cuerpo se acostumbra rápidamente a la paz del lugar, así como a la dieta y al tratamiento. La depuración es notable a partir del segundo día. La energía y la vitalidad afloran, así como el buen descanso y el placer de vivir el presente sin pensar en lo que vendrá.