La discapacidad también es diversidad
Hace poco Daniela subió a su cuenta de Instagram, @shinebrightamc -en donde interactúa con sus más de 15 mil seguidores- una foto con su marido bajo el hashtag #discapacidadypareja.
Sobre ello, comenta: “Muchísimas personas con discapacidad me cuentan los enormes inconvenientes que tienen a la hora de encontrar pareja y que las vean realmente como tal. No se nos contempla de esa manera. En general se cree que eso sería un problema y que siempre seremos dependientes de la otra persona. Y no es así. Hay muchos tabúes en torno a esto, cuando yo salgo a contar mi historia con mi pareja, que no tiene discapacidad, lo que intento justamente es derribar ese mensaje de imposibilidad. Porque puede que vos te sientas identificada con otra persona que enfrentó o enfrenta una discapacidad similar a la tuya y entonces se construye algo que obviamente es respetable. Pero no tiene por qué ser la regla”. una niña y mi mamá me llevaba a un negocio ya era todo un tema conseguir una tienda donde hubiese accesibilidad y que los probadores no fueran diminutos. Porque yo en ese momento estaba con órtesis (un dispositivo externo aplicado al cuerpo que funciona como apoyo) y no había espacio para que me las pudiera sacar. Y si como personas que utilizamos esos elementos no podemos acceder a algo tan básico como es la ropa, estamos complicados. Todos nos vestimos y a todos nos gusta la ropa. Pareciera que la mujer con discapacidad no quiere vestirse bien, no tiene deseos de comprarse prendas o de arreglarse para una cita”, enfatiza.
“Yo no me siento representada por los discursos de diversidad, porque se habla de ciertas cuestiones, pero nunca se habla de discapacidad. Y si el mundo no te está viendo, si salís a la calle y no hay accesibilidad y además pervive una absoluta falta de representación de personas como vos, tenés que hacer algo. Porque sino, te quedás toda la vida en el caparazón y no salís. Yo no esperé a que la sociedad me acepte, entendí que estaba en mí la capacidad de hacer algo”.
Esa predisposición la acompañó a Daniela durante toda su vida. Incluso a pocas semanas de nacer, cuando la operaron por primera vez, inaugurando un largo camino de cirugías. Recién a los 12 su vida cambió rotundamente, cuando una intervención, una de las más delicadas de las que vivió, le permitió caminar por sus propios medios. “Esa operación tuvo un post operatorio muy fuerte, tuve que ir al colegio en silla de ruedas, hacer rehabilitación, utilizar andador y pisar despacio. Adecué mi cuerpo a esa nueva realidad que era realmente agotadora. Fue un camino largo de casi tres años y al final mi cabeza hizo un click, me di cuenta de todo lo que había logrado por mis propios medios”.