Convivencia con los Lebrel Afganos
✔ Es un perro que requiere mucho mantenimiento por distintos motivos. Aunque son sumamente inteligentes, los afganos pueden ser difíciles de adiestrar por su tozudez. Son extremadamente sensibles a las correcciones duras, que a menudo provocan el rechazo a obedecer. Responden mejor a una orientación amable y una disciplina firme. El aseo habitual es fundamental para mantener su pelo, necesitan baños y cepillados semanales para eliminar el pelo muerto y evitar los enredos y nudos a los que tan propensos son. Los afganos adultos mudan el pelo en primavera y otoño, así como tras una enfermedad; las perras no esterilizadas mudan el pelo en cada cambio de estación.
✔ Aunque pueden ser buenos perros para pisos y pueden llegar a “aplatanarse”, por lo que necesitan mucho ejercicio para luchar contra el aburrimiento y comportamientos destructivos como el mordisqueo. Como mínimo, los afganos deben pasear entre kilómetro y medio y tres kilómetros al día, y es fundamental que cuenten con un patio vallado para correr. Esta raza es famosa por ignorar las llamadas o los ruegos, y por otro lado es una raza muy propensa a ser atropellada, por ello, nunca deben deambular sin supervisión, ya que su instinto depredador puede convertirlos en una amenaza para las mascotas del vecindario. Con un adiestramiento adecuado y la vigilancia de su propietario, los afganos pueden ser compatibles tanto con los niños como con otras mascotas.
Los afganos son extremadamente delgados bajo sus gruesos pelajes, y comen mucho menos de lo que cabría pensar por su tamaño. Un alimento para perros de mucha calidad, a ser posible suplementado con aceite vegetal, puede ayudar a mantener la salud de su piel y pelo. Se pueden utilizar un tipo de cintas especiales para que no se manchen sus largas orejas al comer.