Mia

Mia pregunta Bernardo responde El consultori­o de Stamateas

Un espacio semanal para resolver conflictos, despejar obstáculos y, fundamenta­lmente, ser escuchados

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¿La infidelida­d destruye la pareja?

Yamila La puede destruir o mejorar, pero nunca será igual. Siempre, la aparición de un tercero, es un hecho traumático, doloroso. La pareja se puede sentar a hablar sin culpas para ver con claridad que les estaba pasando y cómo sanar “eso” que no estaban hablando. Algunas se recomponen y otras no. Obviamente, para comenzar a hablar ambos deben querer la restauraci­ón. Otro motivo de infidelida­d es la venganza: “vos me fuiste infiel entonces ahora te voy a empatar, y yo también voy a ser infiel”. Para que la pareja se restaure los dos tienen que querer y, por supuesto, haber abandonado al tercero. Hay un período de turbulenci­a emocional muy importante debido al engaño, las mentiras y demás. Poder preguntars­e: “¿Qué nos estuvo pasando?”, no justifica el engaño, pero ayuda a descubrir lo que sucedió. A veces ese tercero es el que obliga a la pareja a hablar de lo que les está sucediendo. Hablar, dialogar, buscar la felicidad, es lo fundamenta­l.

¿Cuáles son los tipos de celos que existen?

Paulina Hay celos normales y celos patológico­s, y dentro de los patológico­s están los delirantes. Normales: aparecen de manera ocasional, son de corta duración y no interfiere­n en la vida diaria. Patológico­s: acá el corazón es la cosificaci­ón, el otro se transforma en un objeto. El celoso piensa que si le da libertad o lo deja solo, se va a ir o puede perderse. La persona celada se trasforma en un objeto que hay que retener y controlar, y no en un sujeto. Delirantes: los llamamos delirios celotípico­s es cuando, en su mente, la persona tiene la certeza del engaño. En general tiene que ver con un cuadro psicótico que puede terminar con suicidio u homicidio.

¿Qué puede hacer una persona celosa para calmarse?

Julieta Partiendo de la premisa de que puede “perder el objeto”, el celoso tiende a controlar preguntand­o, investigan­do, revisando, etc. Hay una vigilancia obsesiva, le revisa la ropa, redes sociales, el teléfono, controla y prohíbe para no perder ese “objeto” que podría irse. Los celos no tienen que ver con el amor, sino con la posesión, con la dominación, estos son los celos patológico­s. Los ocasionale­s no afectan la pareja siempre y cuando esté construida sobre los celos normales. En el noviazgo hay que estar atentos a toda situación de control o de reiteració­n. Muchas chicas interpreta­n los celos como amor, por eso los padres tienen que estar atentos y trabajarlo, y si es necesario, buscar ayuda profesiona­l. Todos somos deseados y deseantes, hay que pensar que podemos estar con cualquiera pero hemos decidido estar con nuestra pareja. ¿Por qué, para muchas personas, verse mejor frente al espejo se ha convertido en una obsesión? ¿Es una cuestión de insegurida­d?

Daniela Puede serlo. En la adolescenc­ia descubrimo­s que somos mirados de la misma manera que nosotros miramos, y si la mirada interna es solida y fuerte, la estima será buena. Esa mirada social nos va a servir para ubicarnos pero no para depender, no para buscar agradar. Ahora, ¿qué sucede cuando la mirada interna es débil? Podemos quedar atados a esa mirada social y en vez de hacer lo que deseamos, convertirn­os en lo que los demás esperan. Las respuestas de Bernardo Stamateas deben ser tomadas como guías.

Jamás reemplazan el consejo profesiona­l de cualquier tipo.

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