Tan livianas como el aire
El viaje en avión somete al cuerpo a múltiples cambios que hacen necesario una revisión más detenida de lo que se ingiere. Viajar es una hermosa experiencia, ya sea por placer o por trabajo, pero es importante tener presente la alimentación previa al viaje y contemplar las reacciones del cuerpo durante un vuelo. Es una situación que se vuelve más compleja para personas con hipertensión, diabéticas, celíacas u obesas.
“En casi todos los viajes aéreos nuestro organismo presenta síntomas de cansancio, turbidez, hinchazón de piernas y también molestias digestivas. Para anticipar y mejorar estos síntomas durante el trayecto, es recomendable, previo al viaje, ingerir alimentos sanos, sin frituras, sin picantes, preferentemente comida casera, evitando los menúes comprados. Descomponerse a causa de la alimentación es, en éste caso, un riesgo”
aclara la Licenciada Sandra Villareal, del área de Nutrición de la Posada del Qenti.
Durante el vuelo disminuye la movilidad del tubo digestivo y las secreciones gástricas; asimismo, existe una expansión de gases intestinales, por lo tanto una alimentación liviana dentro del avión, fácil de digerir y que proporcione suficiente hidratación, es lo más adecuado.
“Dado que también hay mayor retención de líquidos, las piernas se sienten pesadas y cansadas es aconsejable beber agua sin gas, baja en sodio o jugos de frutas u hortalizas. Estas últimas son ricas en potasio y ayudan a eliminar mejor el líquido. Se recomiendan infusiones como el té y hay que evitar el consumo de sal o productos salados. Muchos servicios a bordo ofrecen productos de snack ricos en sodio, galletas, nachos, maníes, las gaseosas también son fuente de sodio”
insiste la especialista. Por otro lado, las variantes en la presión tras el despegue provocan que el aire seco de la cabina reseque las fosas nasales y se adormezca hasta un tercio de las papilas gustativas, dificultando el olfato y el gusto: “por eso no debe agregarse tanta sal y aderezos en los alimentos en el avión”
recalca la licenciada Villareal. Respecto de distensión abdominal y la pesadez estomacal no es pertinente excederse en los consumos a bordo, sobre todo si el vuelo es corto: evitar productos con alto contenido en grasa y muy condimentados, entre ellos se encuentran las obleas y alfajores bañados en chocolate, rellenos de cremas, y los brownies. Sería mejor que las empresas aéreas ampliaran éste tipo de ofertas a mufins, semillas como las almendras peladas o nueces, frutas desecadas, muesli, turrones de cereales y miel, alfajores de frutas y arroz, que pueden ser consumidos también por diabéticos, obesos o celíacos.
Si el viaje se realiza en horarios propios de comidas principales, la recomendación es más variedad de frutas y verduras, proteínas magras y quesos blandos, como también pastas y cereales con salsa suaves y livianas, desde ya respetando pautas bromatológicas y de adecuación a las circunstancias de cada país y vuelo en particular.