Lo bueno de volar
Estas prácticas ofrecen los siguientes beneficios:
Estimulan el metabolismo y favorecen el consumo de oxígeno necesario para una asimilación eficiente de nutrientes y la quema del exceso de grasa.
Promueven la eliminación de toxinas y el drenaje linfático.
Mejoran la capacidad cardíaca, pulmonar y la circulación, reduciendo el riesgo coronario, reforzando el sistema inmunológico e incrementando la energía.
Mejoran la gura, el estado de la piel y la energía. Evitan la retención de líquidos. Mejoran el retorno venoso, evitando várices y arañitas, sobre todo cuando se comienza a invertir.
Alivian el estrés, la fatiga, la angustia y la depresión, al estimular la producción de endorfinas.
Ayudan a regular el sueño porque favorecen la producción de serotonina, sustancia que propicia la relajación.
El movimiento utilizando la gravedad (a diferencia de otras disciplinas como pilates o natación) previene la descalcificación, por lo cual es un importante factor de prevención de la osteoporosis.
Se trabaja toda la musculatura del cuerpo de forma global y eutónica: tanto la fuerza como la exibilidad para no llegar a una hipertrofia poco femenina.
Trabajan la coordinación y la gracia del cuerpo por medio de un manejo divertido de la expresión corporal.
Al ser una actividad exigente, se logra un sentido de la disciplina, pero no marcialmente: el lema es "trabajamos y nos divertimos".
Contribuyen al desarrollo de sensaciones de seguridad y confianza.
Favorecen la creatividad e incentivan el desarrollo de los sentidos.
Ayudan a eliminar el dolor de espalda.
Mejoran el aspecto de la piel, nutriéndola, oxigenándola, combatiendo la celulitis y la acidez.