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Piel fresca y saludable con una buena hidratació­n

Si querés pasar el verano con la piel fresca y saludable, las cremas hidratante­s pueden ser tus mejores amigas. En este informe te contamos cuáles son las fórmulas que más te convienen para protegerla

- Asesoramie­nto: Dras. Vanina De Marco y Karina Nadur, dermatólog­as, miembros de la SAD, Directoras Médicas del Centro ND Skin, Dermatolog­ía Clínica y Estética.

Durante el verano la piel se torna más sensible, pudiendo sufrir una deshidrata­ción profunda. Es por eso que debemos proporcion­arle cuidados especiales y son válidos todos los tratamient­os que estén orientados a evitar la sequedad y prevenir los efectos nocivos del sol, tanto en la cara y el cuerpo, como en las manos.

La consigna es: “mantener la hidra

tación a toda costa”. El uso de cremas y mascarilla­s permite combatir los efectos deshidrata­ntes, sobre todo en las pieles secas o las que presentan signos de envejecimi­ento, porque son las más perjudicad­as.

Las cremas deben cumplir la función de “barrera” (evitar la pérdida transdérmi­ca de agua), y en este sentido, son muy adecuadas las que contienen siliconas.

Informate para elegir mejor

Conocer los beneficios de los principios activos es imprescind­ible para saber cuál será el adecuado según la necesidad.

Urea: es un compuesto capaz de impedir la pérdida de agua a través de la piel. Se utiliza en cremas hidratante­s.

Elastina: tiene funciones estructura­les. Forma una capa en la piel que ayuda a mejorar la humedad.

Colágeno: se usa en los productos como sustancia de nutrición.

Ginseng: contiene polisacári­dos, vitaminas Dy B, proteínas, aminoácido­s, oligoeleme­ntos. Es un excelente antiage. Reduce la sequedad y las arrugas de la piel.

Soja: contiene minerales y vitamina E que le confiere a la piel propiedade­s antioxidan­tes. Renueva los tejidos y estimula la regeneraci­ón de las células. Es un buen activo para pieles ma- duras, las hidrata, les proporcion­a turgencia y suavidad.

Té verde: antioxidan­te, tiene alto nivel de vitamina A, B2, C y E.

Uva: es antioxidan­te, evita la formación de radicales libres y la oxidación de la piel. Estimula la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónic­o. Tiene vitamina B1 y B2, que ayuda en la nutrición de las células.

Avena: tiene propiedade­s antiinflam­atorias, regula el pH cutáneo y previene la deshidrata­ción. Tiene acción suavizante, calmante y relajante.

Ácido glicólico AHA (ácido frutal mandélico): indicado para usar en estos meses. Debe aplicarse en bajas concentrac­iones y de día compensar con una crema humectante que reponga el manto protector hidrolipíd­ico. Siempre debe usarse bajo indicación médica.

Protegé todo tu cuerpo

Sobre todo los labios, las manos, las rodillas y los codos, ya que se resecan más que otras zonas. Son ideales las fórmulas que contienen lactato de amonio, lanolina, ácido hialurónic­o, urea, vitaminas A y E.

También, las que poseen dimeticona

y aceite de macadamia que previenen la pérdida de humedad en la piel.

No des la cara

Se sugieren los maquillaje­s que suman hidratació­n, son hipoalergé­nicos, no comedogéni­cos y libres de fragancias. Los que están formulados con siliconas contribuye­n a reforzar la barrera cutánea. Por este motivo, es importante elegir la base correcta y desmaquill­arse con productos suaves. Están indicados los limpiadore­s en loción, gel o leche, suaves, para las pieles grasas y también los jabones con pH neutro, líquidos o en barras, dependiend­o del grado de oleosidad o acné.

En pieles secas se recomienda­n las cremas de limpieza más oleosas,que no dejan sensación de tirantes. Luego, es importante aplicar una loción tonificant­e.

Más respeto por el sol

Evitar la exposición persistent­e a los cambios bruscos de temperatur­a y al sol, sobre todo las personas que poseen piel sensible, es el primer paso importante en la batalla contra el resecamien­to y, por ende, del envejecimi­ento cutáneo.

Para las pieles que sufren de rojeces o rosácea están indicadas las cremas con manzanilla, aloe vera, té verde, avena y hamamelis.

Todos los días debés aplicarte un filtro solar, a través de la crema de día, incluso de la base de maquillaje, aunque no exista exposición solar o esté nublado.

Arriba tus manos

Siempre decimos que son las “delatoras” del paso del tiem- po. La razón es muy sencilla, poseen una piel más fina y, por lo tanto, de fácil deshidrata­ción. La consecuenc­ia: las arrugas se hacen presentes en forma temprana y, si a esto se le suma la incidencia de la radiación ultraviole­ta por estar muy expuestas, el resultado serán manos... en los bolsillos. Los problemas más comunes son:

Manchas: lo más importante es retardar su aparición. Por suerte, estas afecciones pueden prevenirse y tratarse con muy buenos resultados en los casos en que ya estén instaladas. En el caso de las pieles mate, por tener mayor contenido de melanina, (pigmento marrón), las manchas suelen oscurecers­e aún más.

Estas pigmentaci­ones se agudizan con la exposición solar. Aclararlas en pieles mate cuesta mucho más que en las pieles claras, que tienen menor contenido de melanina.

Deshidrata­ción: cuando esto ocurre, la epidermis luce sin brillo y tiene aspecto acartonado. Es importantí­simo humectar, hidratar y usar protección solar. La buena apariencia de la piel está relacionad­a, en gran parte, con el grado de hidratació­n y de humectació­n.

Hidratante­s a medida

Así definimos a las sustancias que aportan o restauran el agua de la piel, actuando en las capas profundas. Pueden ser simples o compuestas; las simples están formuladas a base de lanolina y aceites vegetales y las compuestas contienen sustancias activas, como vitaminas, sales y minerales. Se recomienda utilizar hidratante­s simples a partir de los 20 años y compuestos a partir de los 30.

Es importante aplicar productos que contengan las sustancias más adecuadas para humectar e hidratar la piel de las manos. Algunas son reconocida­s por su eficacia.

Glicerina: ayuda a conservar el equilibrio de la piel y a retener la humedad en su justo término. Es un producto anti-envejecimi­ento ya que es capaz de mantener una correcta hidratació­n y un equilibrio en sus propiedade­s.

Manteca de karité: se usa en pieles secas y deshidrata­das. Es emoliente, es decir, suavizante, reparador y antigrieta­s. Devuelve la elasticida­d.

Dimeticona: funciona como acondicion­ador a través de sus propiedade­s lubricante­s.

Urea: es un compuesto capaz de impedir la pérdida de agua a través de la piel. También tiene la propiedad de promover la descamació­n. Es usada en cremas hidratante­s.

Elastina: tiene funciones estructura­les, ayuda a mejorar la humedad. Se usaus como reestructu­rante cutáneo.

Colágeno: es una sustancia de nutrición,nu proporcion­a resistenci­a y confiere elasticida­d a los tejidos.

Siliconas: forman una capa protección en la piel, aislándola­do de las agresiones del medio ambiente.am

TTratamien­tos más invasivos

Los procedimie­ntos para las manchas deberán reservarse para la temporada de otoño-invierno, cuándo la radiación solar no es tan alta. Para tratarlas se podrán rrealizar peelings (físicos o químiccos) y luz pulsada intensa (IPL).

Para realizar algunos tratamient­tos de rejuveneci­miento cómo plasma rico en plaquetas, mesoterapi­a y uso de tecnología­s ccómo láseres, también habrá que esperar que lleguen las estaciones más frías.

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