La madurez emocional
Nuestro funcionamiento emocional está regulado por las emociones, organizando tanto el pensamiento como la acción. Establecen metas que nos son prioritarias y nos organizan para llevar a cabo acciones concretas. La habilidad de identificar las emociones y su descripción facilitan la evaluación de si la respuesta emocional es adecuada o no. Las emociones nos preparan para la acción, con lo cual, si nos encontramos emocionalmente desbordados, es difícil que podamos dirigir nuestras acciones hacia nuestros objetivos.
Los niños de 18 meses ya interpretan gran parte de las emociones y estados mentales de sus padres o cuidadores. La capacidad de autorregulación puede entenderse como el resultado o de un esfuerzo conjunto del l niño y su cuidador. Esta regulación, por parte del adulto a cargo, será fundamental para a que el pequeño pueda aprender a reflexionar sobre los sentimientos, y a utilizar de e manera conciente estrategias s para disminuir el estrés, la ansiedad, el enojo y la angustia, a, entre otras. Muchas veces enncontramos en los relatos de los os pacientes historias de dificultades que han tenido sus padres es o cuidadores en la habilidad de enseñarles como lidiar con sus us emociones.
El lenguaje de las señales
La interpretación de nuestros propios estadosd mentales l nos proporciona información importante acerca de la situación. Los seres humanos hemos sido dotados biológicamente de emociones adaptativas y la posibilidad de reconocerlas nos permite entender la experiencia emocional y responder de una manera más efectiva ante la situación. La emoción moderada es, en general, más beneficiosa y otorga la posi- bilidad de una mejor organización hacia la acción. Reducir la intensidad emocional nos permite liderar nuestros estados mentales e incrementar la sabiduría y maduración afectiva.
En la interacción, en el contacto con un otro, las emociones se transforman en puentes para entender “qué es lo que el otro me quiere decir. Qué despierta en mí lo que lo que el otro está expresando”. En los momentos en que bloqueamos o intentamos suprimir la conexión emocional con los demás o con nosotros mismos, quedamos sin información importante sobre la situación que debemos afrontar.
Las emociones se pueden considerar señales que pueden ser muy útiles si nos llevan a verificar que es lo que las activó. Hay muchas personas que evitan emociones tales como la tristeza, la angustia. Sin embargo, la tristeza, muchas veces detiene, lleva a la reflexión y a demorar la acción, lo cual en ciertas ocasiones, es muy útil.
La psicoterapia permite disminuir la vulnerabilidad emocional, identificar significados que nos condicionan a responder de manera desadaptativa y a no actuar ante nuestras emociones como si fueran hechos incuestionables. Este proceso permite promover intercambios que incrementen la habilidad de atribuir estados mentales a uno mismo y a los demás, y que esto aumente, a su vez, las posibilidades de desempeñarse eficazmente en el área social.