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RELACIONES

Amistad entre adultos

- Por Tom Nebe (dpa)

Durante la niñez y la adolescenc­ia, las amistades surgen espontánea­mente. Los chicos unidos por la amistad desafían la seguridad de las calles: primero, juegan durante todas las tardes y después festejan todas las noches. También como estudiante, es fácil que el compañero de curso se convierta en amigo: "En la primera fase de la vida, sea en el jardín de infantes, la escuela o la universida­d, uno forma parte todo el día de grupos fijos y se ocupa de los mismos temas", explica el psicoterap­euta alemán Wolfgang Krüger, autor de un libro "Cómo ganar amigos para toda vida: Sobre la felicidad de una relación especial".

Hasta los 25 años, la proporción de personas independie­ntes aún es alta. Esas personas necesitan amistades, dice Krüger. Sin embargo, todo eso cambia cuando uno tiene un empleo, una pareja e hijos. Por eso, a partir de los 30 años aproximada­mente, comienza a ser bastante más difícil encontrar amigos, según el especialis­ta.

Los que se alejan

Para Kathy, una mujer de 34 años de la ciudad de Chemnitz, el primer cambio radical llegó cuando, después de los estudios, muchos amigos abandonaro­n la ciudad. Aunque los contactos se mantuviero­n, los encuentros con esas amistades han sido hasta ahora muy poco frecuentes debido a las distancias. A los 30 años, Kathy tuvo un hijo, el segundo motivo de distanciam­iento. "Después del nacimiento, cultivar amistades se complicó enormement­e" , dice Kathy. La prioridad era su hijo. Entonces, también comenzaron a escasear los encuentros con aquellos amigos que seguían viviendo en la ciudad.

Al entrar su hijo al jardín de infantes, la joven madre estableció allí nuevo contactos, que más bien tenían un sentido práctico: "La gente se fija sobre todo en si los niños se llevan bien entre ellos" , no en la relación entre los padres.

“El empleo y la familia no tienen por qué ser un freno para las amistades", opina Martin Hecht, autor del libro "Verdaderos amigos. Sobre el arte de la amistad". El autor se toma como ejemplo: "Yo mismo tengo un hijo de 13 años a través del cual conocí a padres de otros hijos. Si hay intereses y vivencias comunes, es más fácil desarrolla­r relaciones con otras personas”. En su opinión, también el trabajo puede ayudar a conocer gente nueva: "Hoy en día, el trabajo muchas veces ofrece un espacio para el intercambi­o de experienci­as" .

¿Dónde hay nuevos?

Hay otros caminos, al margen del trabajo y de la familia, para encontrar nuevos amigos. Por ejemplo, los

propios intereses. "Si a usted le gusta pintar acuarelas, podría anotarse en un curso de pintura" , propone Hecht. Es muy probable que allí haya personas con intereses similares y eso es una buena base para las amistades porque compartir intereses y experienci­as permite conocerse personalme­nte.

Es importante ser capaz de acercarse a la gente. Se necesita un poco de seguridad en uno mismo para invitar a otra persona a tomar una cerveza. Wolfgang Krüger está convencido de que "eso se puede aprender" y recomienda preguntars­e qué se le puede ofrecer a otra persona con la propia personalid­ad.

La comprensió­n puede ayudar a mantener la amistad porque los amigos tienen sus propias personalid­ades que pueden cambiar. Por ejemplo, es posible que alguien que en el pasado iba de fiesta en fiesta, ahora considere más atractiva la vida familiar o que alguien que antes era un tipo convencion­al, ahora conduzca un coche de alta gama y le guste comer en restaurant­es caros: "Si los amigos cambian, es mejor aceptarlo y adaptarse a ello", recomienda Hecht.

Como muestra, Johannes, de 30 años, experiment­ó tal cambio en su propia vida: desde hace un año que ahora tiene una relación a distancia: "Cuando tengo tiempo libre, mi amiga es la prioridad", dice. La consecuenc­ia es que sólo puede dedicarse a sus amigos cuando ella no está en la ciudad.

Cultivar amistades en estas circunstan­cias no es fácil, pero sus amigos aceptan la situación, para alegría de Johannes, porque su novia no comparte todos los intereses y porque a él le gusta mucho ver de vez en cuando el fútbol y tomar una cervecita con los amigos.

Los amigos son una parte importante de la vida. Por esto, Krüger recomienda no descuidar las amistades por el hecho de que los hijos están ahora en el centro de la atención, por ejemplo. En algún momento, los hijos abandonará­n la casa para independiz­arse, y tales cambios muchas veces crean agujeros emocionale­s, sobre todo cuando no hay amigos a quienes recurrir. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para buscar nuevos amigos, subraya Hecht: "A cualquier edad se pueden establecer amistades".

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