Creando tu RECEPTÁCULO
Para hacerse una Diosa Guerrera, se necesita comprometernos con nosotras mismas y alinearnos con la vida. Para que estas dos cosas funcionen con eficacia, debemos purificar lo que yo llamo nuestro “receptáculo”. Este receptáculo se define como el recipiente sagrado de la conciencia que te sostiene. Tu mente, energía, emociones y cuerpo físico forman parte del vehículo de tu espíritu o esencia invisible que se encuentra en tu centro. Tu receptáculo alberga tu espíritu y tu espíritu no puede expresarse plenamente si tu receptáculo está atiborrado de elementos que no te sirven.
En concreto, esto significa que debemos ser conscientes y muy claros sobre cuáles son las creencias, historias, miedos y detritos varios que están obstruyendo nuestro organismo. Y eso requiere arremangarnos en nuestro papel de guerreras y ponernos a trabajar mientras también nos abrimos a la gracia y la inspiración de la diosa. Nuestro primer paso para purificar todos los aspectos del yo es aprender a entrar en relación con nosotras mismas de una manera distinta creando nuestro receptáculo: : un receptáculo imaginario que nos s mantiene centradas en nuestro in- terior y nos impide quedarnos enganchadas en la multitud de opiniones e historias que están compitiendo constantemente por captar nuestra atención a lo largo del día. Podemos citar los mensajes de los medios de comunicación, las opiniones de los amigos, las expectativas de los familiares… todo lo que pueda desencadenar esa voz conocida y saboteadora que se juzga y duda de sí misma. Cuando creás un receptáculo resistente para tu conciencia, tu poder interior ya no se ve minado por las críticas hacia ti misma, el juicio, la comparación y la duda. Este receptáculo de tu presencia y de la aceptación de ti misma necesita ser fuerte para permitir que el fuego de la transformación queme todo lo que no te sirva.
Cómo hacerlo
Imaginá un receptáculo que te sostiene con ternura y seguridad. Este receptáculo te abraza con amor y define con claridad los límites de lo que es tuyo y lo que pertenece a los demás. Al crear un receptáculo que abarque toda tu persona durante el cambio, dominas el espacio necesario para moverte en cualquier vendaval, tormenta o miedo que haya generado tu alquimia interna.
El calor de la transformación, la rapidez de las fuerzas que cambian de estado, genera una gran cantidad de energía y para muchas personas puede resultar muy incómodo. Un receptáculo apropiado te envuelve, es cómodo, incómodo y lo que dista entre una y otra cualidad. Forma una estructura estable que se mantiene firme mientras tú te desestabilizas y desintegras lo que ya no funciona para ti. La fuerza de este receptáculo personal vital bebe de la energía de la diosa de la compasión y se equilibra con la energía del compromiso adquirido con la guerrera fiera.
A medida que construyes este receptáculo de aceptación incondicional, vas siendo capaz de soportar los tránsitos desagradables. Aprende a amar el ciclo completo de tu proceso de transformación, que tendrá un principio, un punto intermedio y un final. Durante el viaje, se te plantearán desafíos, te sentirás agitada y asustada, eufórica y convencida, ¡y a veces se presentará todo a la vez! ¿Puedes llegar a crecer y superar tus circunstancias, ser más sabia que las mil y una estrategias que utilizas para seguir siendo limitada y abrirte más que aferrarte a tu necesidad de seguridad?d? ¡Sí! ¡Puedes apren-apren der a ser dueña de ti misma! ¡Sí! Pue-edes aprender a confiar en tus juiciosos e intuiciones. ¡Sí! Puedes aprender a nutrirte a ti misma. Lo que eso exigee es transformar las viejas creencias y modelos del ser.