ENAMORARSE en la justa medida
Cuál es la medida del amor? ¿Podemos amar demasiado? Cuando se desdibuja la individualidad, se pierde la esencia y la pareja pasa a ser lo único, estamos en problemas. Cuando ya nada importa de la propia vida porque todo está depositado en un otro, ese vínculo no es amor y tiene características tóxicas.
Un libro que marcó una época fue “Mujeres que aman demasiado”, de Robin Norwood. En este clásico de la literatura se analizan distintos rasgosg como la obsesión amorosa o el sufrimiento al estar en una relación de la que no se puede salir.
Las canciones sentimentales son un fiel reflejo de lo que “amar demasiado” implica. Las letras de estos temas suelen contener frases como “no soy nada sin tu amor”; “moriría si no te tengo” o “nada tiene sentido si no estás”. Pocass sensaciones ha de haber tan lindass como el enamoramiento o la construcción de un amor. Distante de ello están los vínculos obsesivos,s, de maltrato, dependientes o con ca-racterísticas poco nutritivas.
Estos son algunos indicadores de que está en una relación de “mal amor”. ¿Te sentís identificado/a con alguna de ellas?:
Estás obsesionado/a: no soportás la idea de no poder controlar cada uno de los movimientos de tu pareja. Mirás sus redes sociales a cada instante, controlás su teléfono, lo/a celás en exceso. No concebís la idea de pensarlo/ a interactuando con otros. Obsesionarse con alguien no es amor.
Sufrís por amor. El cine y la televisión nos inundan de imágenes de personas llorosas y angustiadas por la ausencia de una pareja, por la indiferencia del otro, por el abandono. El buen amor es un estado que ha de conducirnos a la paz, a incrementar la confianza en nosotros y en nuestra pareja, a evolucionar. Para sufrir, la vida se encarga de ponernos sus pruebas. El amor no ha de ser un desgarro.
Sos codependiente. Todos dependemos de todos, claro, ahora, si creés que no podrías salir adelante en tu vida sin él o ella, si sólo vivís por y para esa relación y creés que sin ella tu vida no tendría sentido, tenés un lazo tóxico y has de romper tus cadenas. Pedí ayuda profesional. Las personas que dependen emocionalmente de otro suelen tener problemas graves de autoestima. Querete bien para querer bien.
Te sentís su padre o su madre, te ponés en el lugar de protector/a, de quien decide todo, llevás las riendas. Te sentís responsable por c cada movimiento de tu pareja. Creés h hacerlo por su bien, pero en realidad, este rol te proporciona la falsa ilusión de ser indispensable pare el otro. Él o ella no es tu hijo. Pareja proviene del latín pars, parís, que significa igual.
Justificas todo: malos tratos, indiferencia, desinterés. Tendés a encontrar una excusa o explicación para justificar las acciones del otro que te dañan. No escuchás a tus amigos y familia cuando intentan tenderte una mano. Asumís que podés ayudarla/o a cambiar. Recordá que nadie cambia si no quiere.
Te sentís mal en lugar de bien: este punto resume todos los anteriores y cualquier estadio que transites que te haga sentir mal en una relación. El buen amor es ese territorio en el que dos se animan a iniciar una construcción, con la idea de crecer y evolucionar. Si tu relación te hace sentir mal física o psicológicamente, en lugar de potenciarte y llenarte de ganas de vivir y hacer, estás en lugar equivocado. Aprendá a soltar.
Las personas que “aman” demasiado tienen un concepto erróneo del amor, producto de su historia personal, de su estructura psíquica, de situaciones traumáticas, etc. Pedir ayuda profesional y realizar algún tipo de terapia es ideal para romper con estos paradigmas y llegar a conocer el buen amor.