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ENAMORARSE en la justa medida

- Por Valeria Schapira*

Cuál es la medida del amor? ¿Podemos amar demasiado? Cuando se desdibuja la individual­idad, se pierde la esencia y la pareja pasa a ser lo único, estamos en problemas. Cuando ya nada importa de la propia vida porque todo está depositado en un otro, ese vínculo no es amor y tiene caracterís­ticas tóxicas.

Un libro que marcó una época fue “Mujeres que aman demasiado”, de Robin Norwood. En este clásico de la literatura se analizan distintos rasgosg como la obsesión amorosa o el sufrimient­o al estar en una relación de la que no se puede salir.

Las canciones sentimenta­les son un fiel reflejo de lo que “amar demasiado” implica. Las letras de estos temas suelen contener frases como “no soy nada sin tu amor”; “moriría si no te tengo” o “nada tiene sentido si no estás”. Pocass sensacione­s ha de haber tan lindass como el enamoramie­nto o la construcci­ón de un amor. Distante de ello están los vínculos obsesivos,s, de maltrato, dependient­es o con ca-racterísti­cas poco nutritivas.

Estos son algunos indicadore­s de que está en una relación de “mal amor”. ¿Te sentís identifica­do/a con alguna de ellas?:

Estás obsesionad­o/a: no soportás la idea de no poder controlar cada uno de los movimiento­s de tu pareja. Mirás sus redes sociales a cada instante, controlás su teléfono, lo/a celás en exceso. No concebís la idea de pensarlo/ a interactua­ndo con otros. Obsesionar­se con alguien no es amor.

Sufrís por amor. El cine y la televisión nos inundan de imágenes de personas llorosas y angustiada­s por la ausencia de una pareja, por la indiferenc­ia del otro, por el abandono. El buen amor es un estado que ha de conducirno­s a la paz, a incrementa­r la confianza en nosotros y en nuestra pareja, a evoluciona­r. Para sufrir, la vida se encarga de ponernos sus pruebas. El amor no ha de ser un desgarro.

Sos codependie­nte. Todos dependemos de todos, claro, ahora, si creés que no podrías salir adelante en tu vida sin él o ella, si sólo vivís por y para esa relación y creés que sin ella tu vida no tendría sentido, tenés un lazo tóxico y has de romper tus cadenas. Pedí ayuda profesiona­l. Las personas que dependen emocionalm­ente de otro suelen tener problemas graves de autoestima. Querete bien para querer bien.

Te sentís su padre o su madre, te ponés en el lugar de protector/a, de quien decide todo, llevás las riendas. Te sentís responsabl­e por c cada movimiento de tu pareja. Creés h hacerlo por su bien, pero en realidad, este rol te proporcion­a la falsa ilusión de ser indispensa­ble pare el otro. Él o ella no es tu hijo. Pareja proviene del latín pars, parís, que significa igual.

Justificas todo: malos tratos, indiferenc­ia, desinterés. Tendés a encontrar una excusa o explicació­n para justificar las acciones del otro que te dañan. No escuchás a tus amigos y familia cuando intentan tenderte una mano. Asumís que podés ayudarla/o a cambiar. Recordá que nadie cambia si no quiere.

Te sentís mal en lugar de bien: este punto resume todos los anteriores y cualquier estadio que transites que te haga sentir mal en una relación. El buen amor es ese territorio en el que dos se animan a iniciar una construcci­ón, con la idea de crecer y evoluciona­r. Si tu relación te hace sentir mal física o psicológic­amente, en lugar de potenciart­e y llenarte de ganas de vivir y hacer, estás en lugar equivocado. Aprendá a soltar.

Las personas que “aman” demasiado tienen un concepto erróneo del amor, producto de su historia personal, de su estructura psíquica, de situacione­s traumática­s, etc. Pedir ayuda profesiona­l y realizar algún tipo de terapia es ideal para romper con estos paradigmas y llegar a conocer el buen amor.

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