En primera persona
-¿Cuáles son los hijos huérfanos de esta sociedad? -Educar es transmitir valores a través de las propias conductas, es enseñar a construir vínculos de respeto con los demás y a considerar al otro como un sujeto y no como un objeto de uso y descarte y es mostrar modelos de vida con sentido, constructiva para seres capaces de mejorar el mundo, modelos que solo se transmiten viviéndolos. Estos tres pilares educativos se construyen en el hogar y están a cargo de los padres o de adultos significativos. Esto significa que los primeros educadores son los padres, antes aún que la escuela, cuya función socializadora, instrumentadora e informativa es esencial e irremplazable. Cuando los padres, por negligencia, por no asumir su responsabilidad y no cumplir sus funciones, por desidia o por cualquier motivo no forzado desertan de ese lugar, sus hijos quedan huérfanos aunque esos padres estén vivos y crean que compensan comprando todo lo que sus hijos piden o accediendo a toda demanda. Esa deserción tiene costos altos y la responsabilidad no es transferible. Ser padres no es jugar a las muñecas.
-¿Qué consecuencias producen esos padres? -Están dramáticamente a la vista: violencia juvenil, alcoholismo y drogadicción adolescente, creciente deserción escolar (por más que las estadísticas oficiales intenten maquillarla), ausencia de noción de límites, obesidad e hiper- tensión infantil, abusiva medicación de niños a cargo de adultos que quieren anestesiarlos o sacárselos de encima, entre otras muchas más.
-¿Qué opinás de los padres "amigos" de sus hijos? -Los padres deben ser, antes que nada, padres de sus hijos. Los chicos irán encontrando amigos entre sus pares. Los padres no son pares de sus hijos. Esta es una relación asimétrica y necesita de esa asimetría para prosperar fecundamente. La excusa de la “amistad” suele ser un atajo por el cual muchos padres escapan a sus funciones y responsabilidades. Ellos deben liderar el vínculo y no convertirse en cómplices o compinches de sus hijos.Ya tuvieron su momento de ser niños o adolescentes, ahora les toca ser adultos y brindar modelos maduros y nutricios de madurez. Esto no quita un trato amoroso y respetuoso con ellos.
-¿De qué manera podemos volver a ser buenos padres y madres? -En primer lugar, cumpliendo con nuestra función de educadores, tratándolos con respeto, no pretendiendo que ellos cumplan nuestros deseos o expectativas, ayudándolos a convertirse en personas autónomas, con capacidad de decidir, elegir y hacerse cargo de sus elecciones y decisiones.Y con presencia amorosa, firme y suave a la vez. Si parece mucho es porque ser padres es un trabajo, no un juego. Pero es el más bello y trascendente trabajo que nos ofrece la vida.