Claudio Martínez Bel,
director de “La denuncia”
-¿Cómo encontraron el documento que generó la obra y de qué manera se inspiraron en esa denuncia auténtica? -El documento original circula desde hace muchísimo tiempo por los tribunales e inclusive nos enteramos tiempo después que se usó en otra época como modelo de estudio en ciertas instituciones. Una tía de Federico Cécere se lo acercó para que hiciera algo con eso. Él se lo leyó a Marcelo Mazarello, Gastón Ricaud y Marcelo Xicarts, que en ese momento estaban reuniéndose para generar un proyecto teatral. Luego me llamaron a mí para que los dirigiera y yo a Rafael Bruza para que escribiera, pensando en que iba a usar máscaras para alejar la historia de todo naturalismo. -¿De qué manera creaste el clima de época en el que se mueven esos personajes porteños, provincianos y demás? -El ambiente se fue generando durante los primeros ensayos. Desde el primer día usamos máscaras sustitutas de cotillón y los actores hicieron sus primeras propuestas de personajes. El campo apareció con mucha fuerza y solo tuve que preocuparme por organizar el talento de ellos. Fue muy gratificante y divertido.También en los ensayos apareció la idea de que eran actores de esa época, que estaban representando una historia de 1909 y el mundo de los intérpretes no quedo detrás de la escena sino a la vista del público. -¿Qué era la Compañía Los Hermanos Bellini que recrea esta obra tan hilarante? -Los hermanos Bellini son estos actores de 1909 que están de gira permanente y tienen sus propios conflictos que apenas se vislumbran en el detrás de escena.Acá hay un juego de teatro dentro del teatro -¿Considerás que el público está ávido de este tipo de teatro? -Desde el primer ensayo, tuve la sensación de que esta obra era para el público de