EMPRENDEDORAS. Más que juguetes
Daniela Briñon creó Zona de Sentidos, una tienda online de juguetes diseñados para la estimulación de chicos con diferentes discapacidades.
Todo comenzó en 2013, por una experiencia personal y hoy, Zona de Sentidos es una tienda online de juguetes, ayudas técnicas (productos de apoyo) y equipamiento especialmente pensados para niños con discapacidad y una red de información para familiares, terapeutas y otras personas interesadas en la materia. El proyecto, definido como “un espacio para chicos extraordinarios”, nació de la experiencia familiar de Daniela Briñón, quien comenzó con unan inversión de 10 mil pesos y hoy ya planea abrir un showroom.
“Detecté que no era tan simple conseguir juegos de estimulación y los productos de apoyo que los terapeutas sugerían para los chicos”, cuenta la emprendedora, cuya hija, nacida prematura, tiene una encefalopatía crónica no evolutiva (ECNE). Para aportar a las nuevas dinámicas familiares, Daniela también creó una comunidad que funcionara como encuentro: “Me pareció vital contar con un espacio de información y contacto entre familias de chicos con discapacidad porque ingresar en este recorrido es muy complejo y agotador. Entonces, el espacio de Zona de Comunidad pasó a ser tan importante como la tienda. Que otros padres podamos brindar contención a las familias que inician este camino es muy gratificante y reparador de algún modo”, explica. En el blog, Daniela participa como una mamá más: “Compartimos muchos temas. Es común que me llamen y nos quedemos hablando largo rato”.
En Zona de Sentidos se pueden encontrar juguetes y materiales didácticos enfocados en el aprendizaje, la autonomía, la creatividad, la comunicación, la estimulación sensorial, socioemocional y motriz. El primer producto diseñado fue la caja de texturas, “una herramienta para los chicos que por sus propios medios no pueden salir a explorar”, según su creadora. Hoy son más de 240 los productos que están a la venta, entre los que hay mordillos, cepillos vibradores, bodies con y sin apertura de botón gástrico, chalecos y mantas de peso, plataforma de balanceo (como una hamaca), juegos para palpar y adivinar, cuentos con pictogramas y mesas sensoriales.