EDITORIAL
Una semana con muchas noticias. De las duras, las malas, las locas y también, claro, de las buenas y esperanzadoras que tal vez suenan menos pero existen y que hoy, gracias a las redes sociales salen a la luz y se viralizan. ¿No se emocionaron al ver a Mateo, ese nene vestido de granaderito marchando atrás de sus héroes mayores y reales? O debería decir superhéroes, porque su encanto con esos señores de azul fue tal que el día que los vio por primera vez descartó el pedido del disfraz de Hombre Araña que le había hecho a su mamá y sólo quiso el azul de esos hombres que había visto días antes en Plaza de Mayo. Su historia personal emociona aún más, pero seguramente ya la saben ya que, por suerte, Mateo llegó a los noticieros. Perdón que lo traiga a cuento pero es que entre tanto terrorismo, muerte y egoísmo, la inocencia en estado puro hace bien... Ahora bien, yendo a nuestra revista, queridas lectoras, déjenme decirles que si con la nota de tapa sobre bronceado no empiezan ahora mismo a correr por el oro o el bronce (en este caso nunca plata), es porque son privilegiadas por la naturaleza y lo ganaron desde la cuna...
En mi caso, desde marzo que vengo comiendo más zanahorias que Bugs Bunny, así que con el combo de protectores solares que me estoy armando, hasta la tapa de Sport Illustrated no paro.
Más allá de las bromas, vayan donde vayan, así sea a caminar diez cuadras, al súper o a dar la vuelta al perro, pónganse protector. No sólo evitarán serios problemas en la piel a largo plazo, sino la peor pesadilla de una recién bronceada: pelarse o, como decimos nosotras, despelucharnos. Y perder en dos días ese tono dorado y caribeño (aunque la pasamos genial en Las Toninas) que supimos conseguir. ¡Hasta la semana que viene!