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BELLEZA/SALUD. Protección solar

El sol aporta beneficios a nuestro organismo, pero exponerse a él indebidame­nte o desprotegi­dos trae daños que avanzan a lo largo de toda tu vida y puede llegar al cáncer de piel. A un paso del verano, todo lo que hay que hacer y lo que no.

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El daño solar es acumulativ­o y comienza el primer día que la persona se expone a las radiacione­s sin la correspond­iente protección. "La piel tiene memoria. Lo daños se van generando a nivel celular en las distintas capas de la piel y permanecen latentes y avanzan durante toda la vida sin retorno", explica El Dr. Facundo Melgarejo, Especialis­ta en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. "La forma más importante de reducir el riesgo de desarrolla­r un cáncer de la piel no melanoma es evitar exponerse sin pro- tección a los rayos solares y a otras fuentes de luz ultraviole­ta. La manera más sencilla es estar alejado del sol. Esto se puede aplicar todo el año, ya que las nubes o la nieve no reducen la incidencia de la radiación solar por completo. Es vital que esta precaución se tenga desde la infancia, ya que el 80 por ciento de los daños que el sol puede causar en la piel ocurren antes de cumplir los 18 años”.

El sol tiene beneficios para nuestro cuerpo. La producción de vitamina D, requiere de la presencia de rayos UV. Incluso la vitamina E, presente en ali- mentos, requiere de la acción de los rayos solares en un punto de su síntesis. Por eso es clave apender a disfrutar del sol para captar sus beneficios, pero protegidos para alejar sus daños.

Diez cosas que NO hay que hacer

Verónica Muchnik, dermatólog­a oficial de Natura, enumera los “pecados” que no cometería una dermatólog­a con la piel en los días de calor. Escuchá sus razones, decile adiós a esos hábitos que no te cuestionás y en esta temporada toma sólo lo mejor del sol

1. NO tomar sol entre las 11 y las 16:

Jamás. Ese es el rango en que más nos gusta hacerlo, pero es cuando más se recomienda que la piel no tenga contacto directo con él. En ese período,

Las nubes o la nieve no reducen por completo la incidencia de los rayos solares sobre la piel

la sombra que proyecta el cuerpo es más corta porque el sol está irradiando desde el centro del cielo y la luz del sol llega con mayor intensidad. 2. NO exponer al sol a bebés en sus primeros seis meses de vida:

Los bebés de menos de 6 meses no deben estar expuestos al sol, ni siquiera con protector solar o en las horas de menos intensidad, porque su piel es aún muy frágil. Los de 6 meses a 3 años deben usar un protector de al menos FPS 50, diseñado para su piel, y sumar ropa de algodón y sombrero. 3. NO usar un factor de protección solar menor a 30 FPS:

Para elegir el adecuado, hay que tener en cuenta el tipo de piel y su tonalidad. Para las pieles muy blancas, que no se broncean con facilidad, sino que se enrojecen, lo mínimo es de FPS 50. Para las que toman color más fácilmente, aunque se pongan rojas, un FPS 30. 4. NO usar en el rostro el mismo protector solar del cuerpo:

la piel del rostro no se comporta igual a la del cuerpo, por lo que debemos usar pro-

Tomar agua y usar crema postsolar para hidratar por fuera y por dentro

tectores solares específica­mente diseñados para esta zona, que además brindan beneficios extra según el tipo de piel. Los protectore­s para pieles mixtas a oleosas reducen el brillo y controlan la oleosidad; los de pieles normales a secas otorgan el extra de hidratació­n necesaria en verano.

5. NO aplicar protector solar in situ (playa o pileta):

Lo ideal es aplicarlo 30 minutos antes de la exposición para que la piel absorba los ingredient­es.

6. NO ponerse protector solar una sola vez:

es necesario volver a aplicarlo cada 2 horas o y cada vez que se tenga contacto con el agua. Además, usar la cantidad recomendad­a (no menos de 2 mg por cm2 de piel), o el equivalent­e a una cucharada de té.

7. NO usar protector solar como única protección:

además, usar lentes oscuros, sombrero de ala ancha o gorra con visera, y ropa clara de algodón.

8. NO estar bajo el sol y sin agua: no se puede tomar sol sin tener a mano una botella de agua. Es clave beber agua para recuperar el líquido que se va con la transpirac­ión. Si el agua aburre, jugos de frutas naturales.

9. NO dejar la piel

sin hidratar: así como es importante hidratar el organismo, es vital hidratar la piel tras la exposición para que se recupere. Usar cremas postsolare­s que humectan, refrescan y previenen lesiones.

10. NO hidrar a medias: Además de tomar agua y aplicarse crema postsolar, consumir frutas y verduras.

Exfoliarse

Por su parte, la doctora Cristina Sciales, explica la importanci­a de la exfoliació­n antes de exponerse al sol, ya sea a través de un profesiona­l o en casa. "Pero no conviene abusar. Si la exfoliació­n es suave, una a dos veces

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LOS NIÑOS de 6 meses a 3 años deben usar un protector de al menos FPS50, diseñado para su piel, y sumar protección con ropa de algodón y sombrero

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