Cosmética antipolución
Después de muchos años de investigación, los laboratorios han acertado con la clave para evitar que la contaminación ambiental afecte la piel. La cosmética antipolución ha llegado para quedarse.
En cualquier ciudad que elijamos para vivir, estamos expuestos a la contaminación ambiental, auditiva y visual. Este fenómeno crece de manera exponencial año a año. Estadísticas sobre la población aseguran que en el año 2050, el 65% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, donde la polución puede provenir de los rayos UV, el ozono, la emisión de gases, el humo, el tráfico, la basura industrial, entre otros. Sus efectos en la piel son variados y visibles, como es el impacto en su complexión, que se torna grisácea y apagada. La mayoría de las veces se puede sentir incluso una sensación de película arenosa y de polvo. Se trata de un enemigo invisible que provoca, por lo tanto, multitud de alteraciones en la piel, siendo las más problemáticas el debilitamiento de la barrera cutánea y el estrés oxidativo, lo que puede acabar manifestándose en forma de arrugas prematuras, hiperpigmentación, acné e imperfecciones, sequedad extrema, hipersensibilidad o un tono apagado. Y todo ello debido a unas partículas microscópicas capaces de introducirse y bloquear los poros.
Soluciones bajo el microscopio
La ciencia, actualmente, está enfocada a contrarrestar este factor tan agresivo que es la contaminación física.
Tal es la preocupación por esta realidad que a la clasificación tradicional de las pieles en seborreicas, sensibles, fotoenvejecidas y mixtas, se le suma una categoría nueva: las pieles urbanas.
La contaminación se puede medir de manera sencilla en la piel a través de la generación de partículas que
contaminan y agreden la superficie epidérmica.
Estas moléculas son llamadas radicales libres.
“Los radicales libres son especies químicas reactivas que se producen cuando se altera el equilibrio de las moléculas que forman nuestros tejidos. Este desorden provoca un conjunto de reacciones aceleradas que destruye estructuras de manera descontrolada y azarosa. Si esta cadena de reacciones no es detenida a tiempo los daños ocasionados pueden ser irreversibles. En la piel la consecuencia se leerá como la aparición de arrugas prematura”, explica la Lic. Paula Schaievitch, directora de Icono Cosmética.
Otro daño generado por el smog y el stress es el aumento de la producción de cortisol, esta hormona aumenta y se incrementa como un mecanismo de defensa de nuestro organismo a una situación de alerta, generando cambios metabólicos que se manifiestan en la textura de la piel. Los agresores diarios impactan no solo en el futuro de la piel, sino que también causan daños en su estructura, dejándola áspera, opaca y sin brillo.
“No basta con utilizar un protector solar, por eso la cosmética con tecnología anticontaminación y antiestrés puede reparar los daños profundos,
La ciencia, actualmente, está enfocada a contrarrestar este factor tan agresivo que es la contaminación física.
estimular las defensas naturales y ralentizar la aparición de arrugas, manchas y flacidez”, asegura Ana Paula de Oliveira, gerente de Desarrollo de Productos de Natura.
“Las manchas pueden ser consecuencia del daño recibido, distintos pigmentos podrán hacerse visibles en la piel con el paso de tiempo, cuando está expuesta al smog. Estos desequilibrios afectan notablemente la piel aumentando su deshidratación; la descamación, puede presentar prurito, enrojecimiento y en un estado de estrés permanente, flacidez cutánea y arrugas”, agrega Schaievitch.