Lo que les produce estrés
Nuestros animales de compañía están sometidos a factores estresantes y, si bien algunos se adaptan a las situaciones cotidianas de forma natural, otros presentan sintomatologías que no siempre sabemos interpretar.
El estrés prolongado puede derivar en problemas de salud y de comportamiento que a menudo dificultan la convivencia y el desarrollo de las actividades normales con el animal. Las mascotas que se ven desbordadas por ciertas situaciones pueden desarrollar comportamientos no deseados tales como: ansiedad, agresividad, destrucción de mobiliario y partes de la casa, ladridos excesivos, nerviosismo, falta de apetito, jadeo, entre otros. Lo más importante es detectar el problema, para hacer la consulta con
un profesional que pueda instruirnos sobre las pautas de comportamiento que pueden ayudar a nuestros amigos. Hay ocasiones en las que esto no es suficiente y hay que recurrir a algún medicamento suplementario, en este caso, solo un veterinario puede indicarlo. Hay una serie de situaciones que comúnmente modifican las rutinas de vida de perros y gatos domesticados:
*Visitas al veterinario: suele venir acompañado por una experiencia dolorosa, por eso lo asocian a un momento desagradable y desconocido para ellos. En esta situación, hay que estar tranquilo para transmitírselo a los animales y premiar el autocontrol con una golosina permitida.
*Viajes: durante los trayectos en coche, algunos perros se marean, por lo tanto hay que consultar con el veterinario para darle, previamente, un medicamento. Cuando se trata de transportes donde viajan separados de sus dueños, pueden sufrir de nerviosismo y ansiedad. Nuestra actitud debe ser la de estar calmos para hacerlos sentir seguros.
*Ruidos fuertes: los más estridentes como los cohetes o los truenos les provoca miedo y ansiedad porque no entienden de dónde vienen, y no saben cómo comportarse. En estos momentos hay que acompañarlos y calmarlos hasta que haya pasado el momento crítico.
*Llegada de otros animales a la casa: hay animales muy territoriales que pueden sentirse amenazados. Por ello, si llega otro perro u otro gato a la casa, hay que seguir una serie de pautas para que la convivencia sea la mejor posible y que se adapten poco a poco. *Mudanzas: el cambio de hábitat es un tema muy importante porque, tanto perros como gatos, se sienten seguros en el ambiente que conocen. Es aconsejable que no estén sueltos mientras se realiza la mudanza, y al momento de llegar a la vivienda nueva, colocarles una manta, juguete o cualquier elemento que reconozcan para que sientan la familiaridad.