Un amigo que ayuda
Está comprobado que los perros mejoran notablemente la calidad de vida y la integración social de niños con autismo y otras patologías, por eso crecen las terapias en ese sentido.
Las intervenciones asistidas con perros, tienden a reducir las dificultades y a impactar de manera positiva en el bienestar de niños con dificultades, especialmente autistas, como de sus familias. Bocalán Argentina, una Organización sin fines de lucro, trabaja a partir de dos áreas principales: intervenciones asistidas con animales (IAA) y entrenamiento y entrega de perros de asistencia. Los perros entrenados colaboran en cuestiones de la vida cotidiana, desde salir a caminar o andar en transporte público, hasta abrir una puerta o llamar al ascensor. La ONG realizó la 7ª entrega de perros a 5 niños con autismo, llegando a casi 30 mascotas entregadas por el programa, que contribuyen a mejorar notablemente su calidad de vida e integración social.
Una vez que los animales terminan un entrenamiento básico en el que se les enseña a comportarse y aprenden habilidades estándar (que incluyen no tirar de la correa, abrir y cerrar puertas y levantar objetos del piso, entre otras), los entrenadores ven, dependiendo del carácter del animal, cuál será su trabajo. Generalmente se eligen perros Labradores Retriever o Golden Retriever porque poseen determinadas características en su contextura física y en su carácter que facilitan su entrenamiento y su labor. Los entrenadores seleccionan a los cachorros entre los 45/60 días de vida, luego de los 2 meses y medio, aproximadamente, comienza lo que se denomina el periodo de socialización. Al cabo de 10 meses, se empieza a forjar y comprender la personalidad del can lo que determinará su compatibilidad con su nuevo compañero de vida en un futuro. El entrenamiento culmina entre los 16 y 24 meses con la etapa de “acoplamiento” junto a la familia designada, donde aprenden a cuidar y a manejar a su perro, con la dirección de los entrenadores.
“Juan empezó a caminar por primera vez solo en la calle, conoció el subte y pudo bajar las escaleras por su cuenta a partir de que conoció a Harley, su perro de asistencia. Es emocionante para nosotros ver como el estímulo y compañía del perro nos cambió la vida”, cuenta la mamá de Juan de 4 años, quien recibió a su perra de asistencia.
El entrenamiento se basa en el refuerzo positivo, un método basado en premios. Esto significa que el perro siempre es recompensado por sus acciones correctas. De esta forma, el animal asocia el comportamiento con el premio que le prosigue, y aumentan las posibilidades de que el aprendizaje continúe.
Para quienes deseen sumarse para colaborar con esta causa, o tienen la necesidad de un perro de asistencia, pueden contactarse a:
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