Trucos y retrucos
Empezar bien el día
❯❯ Cada mañana eliminá toxinas incorporando fibra y un sano aporte de vitaminas. Basta ingerir un kiwi y un jugo de limón natural endulzado con una cucharadita de miel. Si lo que se buscás es mejorar el funcionamiento del hígado, tantas veces maltratado por las comidas rápidas, tomá una infusión de boldo o de té verde.
Andar y andar
❯❯ Pocos ejercicios hay tan saludables como caminar. Llevate los auriculares para escuchar música o tu programa de radio favorito, y ponete en marcha a un ritmo constante durante 20 minutos ¡como mínimo! Si hacés 5 km por día, que equivalen a unos 12 minutos por kilómetro, sin interrupciones, podrás quemar grasa, mejorar la musculatura y potenciar el sistema cardiovascular.
Masticar de siete a doce veces
❯❯ ¿Sabías que de este modo se procesan mejor los alimentos? La razón es que el proceso de la digestión comienza en la boca, y masticar bien asegura una mayor producción de enzimas importantes, hace más pequeños los trozos de comida y, por si fuera poco, ayuda a que comamos más despacio. Recordemos que la señal de saciedad tarda unos veinte minutos en alcanzar el cerebro.
Reír a carcajadas
❯❯ La risa moviliza una gran cantidad de músculos, desde la cara hasta el estómago y además, libera endorfinas (la hormona del bienestar) y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Para no dejarse vencer por el bajón, juntate con amigas y reíte de todo.
Atreverse a un cambio
❯❯ Ir a la peluquería para verte diferente, es una de recetas más antiguas cuando se quiere levantar el ánimo. Entonces: manos a la obra. Unas extensiones, un corte de pelo atrevido, un color que salga de lo común o un alisado para sacarte esos rulos que ya te aburrieron, además de cambiarte el look pueden cambiar tu actitud.
Dormir más
❯❯ Las personas cada vez duermen menos horas, y es una mala costumbre, porque la falta de sueño impide que el cuerpo tenga el tiempo necesario para recuperarse del desgaste diario, lo que entorpece absolutamente todas sus funciones. Mejor apagar la tele, cerrar el libro y entregarse al descanso. Es la mejor cura de belleza y salud que existe.