Terapias alternativas
Nuestros amigos de cuatro patas pueden tener problemas articulares y traumatológicos. Para combatir el dolor e inmovilidad que producen estas afecciones podemos recurrir a la fisioterapia y la medicina china.
Una artrosis relacionada con la edad, una operación después de una ruptura de ligamentos u otras lesiones: hay múltiples razones por las cuales el sistema músculo-esquelético de algunos animales puede sufrir un trastorno y generar dolor.
En esos casos, un tratamiento específico de fisioterapia puede hacer que los perros, gatos o caballos vuelvan a estar en forma.
"Desde hace mucho tiempo que venimos trabajando con fisioterapeutas de animales. Los procedimientos fisioterapéuticos aplicados específicamente pueden tener un efecto positivo en el desarrollo del movimiento, ya sea como complemento o después de que se haya completado el tratamiento veterinario", explica Yasmin Diepenbruck, especialista alemana.
Patologías de columna congénitas o adquiridas, cuadros de dolor, dificultades motoras, trastornos de apoyo, incontinencia, parálisis parciales o totales, artrosis o displasia de cadera, codo, y otras de rodilla (rotura, distintos grados de distensión de ligamentos cruzados, luxación de rótula etc.) son algunas de los trastornos en los que se puede aplicar fisioterapia y medicinas alternativas en las mascotas. Existen algunos factores de riesgo para padecer este tipo de problemas. Hay una predisposición genética de algunas razas como, por ejemplo, ovejero alemán, labrador, golden, rottweiler, entre otras,
a padecer displasia de cadera. Las enfermedades degenerativas de los discos intervertebrales son más frecuentes en caniche, pekinés, daschound, beagle y cocker, entre otras.
La prevención
La detección precoz y un tratamiento intensivo de todos estos problemas son fundamentales, ya que los procesos de atrofia muscular y falta de movimiento potencian un círculo vicioso que desemboca en situaciones complicadas si no se instaura la terapéutica adecuada. Sería bueno estar atentos ante signos como disminución progresiva de la actividad física, renuencia a levantarse o salir a pasear, arrastre del dorso de las patas, gastado excesivo de las uñas por mal apoyo y sangrado de las mismas, claudicaciones de cualquier tipo y desviaciones de la columna. Las mascotas no hablan pero quienes conviven con ellas generalmente pueden darse cuenta si algo anda mal o sienten dolor. Siempre es mejor consultar a tiempo.
La mejor prevención es la actividad física diaria y constante, adecuada a la edad y al caso en particular, pero siempre realizada regularmente. Hay que evitar las escaleras, asesorarse sobre la conveniencia de pretal o collar de acuerdo a la localización de las lesiones de columna. También se debe prestar atención a la manera de levantar al perro, hay técnicas para hacerlo sin dañar la espalda y sin ocasionarle lesiones a él. En general, se lo debe levantar abrazando el tórax y no tirando desde las patas como hacen muchas personas.
El tratamiento
Hay distintas posibilidades de tratamiento que mejoran notablemente la calidad de vida del animal.
La rehabilitación comprende la acupuntura que es perfectamente tolerada y una práctica placentera para el animal, al igual que los tratamientos con agentes físicos como corrientes de electroanalgesia, láser, magnetoterapia, electroestimulación neuromuscular, etc. También se pueden utilizar flores de Bach, en perros y gatos para tratar estrés, miedo, agresividad o hiperactividad con resultados visibles en muy poco tiempo, con la ventaja de su facilidad para administrar las gotitas.