La suplementación
La deficiencia de vitamina D y sus consecuencias nocivas para la salud han llevado a reconocer la importancia de poseer niveles adecuados que se valoran por su medición en sangre y que pueden ser alcanzados con suplementación disminuyendo así el ries- go de osteoporosis, fracturas y caídas, mejorando la función y fuerza muscular y también la respuesta a otros tratamientos para osteoporosis.
En Argentina, existen varias formas de presentación oral de vitamina D3, lo que permite a los médicos indicar la más adecuada para cada paciente. La administración puede ser diaria o semanal, en gotas (1.000 UI/gota) o a través de dosis intermitentes mayores (100,000 UI) que logran aumentar más rápidamente los niveles cuando estos son muy bajos y que, en algunos pacientes, favorecen el cumplimiento.
Los complementos son indicados por el médico con una frecuencia de entre uno a tres meses. Hasta el momento, estas dosis de 100.000 UI se comercializaban sólo en solución bebible de 2 ml pero recientemente ha salido la presentación en cápsulas blandas, más fáciles de ingerir y con mayor aceptación porque no tienen sabor y no dejan el gusto oleoso que muchas veces producen las ampollas.
En una evaluación realizada durante la “Semana de la Osteoporosis, el Calcio y la Vitamina D”, en el Hospital de Clínicas José de San Martín, se observó que a fines del invierno y durante la primavera, los mayores de 50 años que no recibían suplementación con Vitamina D alcanzaban un 48% de niveles de deficiencia.
Los estudios en pacientes con fractura de cadera han documentado incidencias de entre 80 y 90% de deficiencia de esta vitamina. Es importante recordar que la fractura de cadera es la más severa por su alta mortalidad y por causar discapacidad, pérdida de calidad de vida e independencia y aumentar el riesgo de nuevas fracturas.