Por Mariela Caputo, Lic. en Psicopedagogía en Neuropsicología Infantil y y Magíster en Psicopedagogía* Rosanna Aldinucci, Lic.
Es importante generar en los más chiquitos hábitos de autonomía e independencia para favorecer el desarrollo de la autoestima y la seguridad en sí mismos y son los adultos los que deben estar convencidos de que podrán hacerlo solos. Enseñar hábitos en un niño pequeño es un proceso que debe estar asociado con la etapa evolutiva ya que adelantar etapas puede ser contraproducente.
Para comenzar con la acción de vestirse solo, primero tiene que poder cumplir con pequeñas consignas simples como llevar y traer objetos, responder a preguntas con sí o no. También debería poder manejar la noción de esquema corporal lo más completa posible, reconocer ampliamente las partes de su cuerpo y en otro cuerpo. El juego dramático es una buena herramienta para comenzar, ya que está siempre presente, desde los primeros días de vida, atraviesa todas las etapas de crecimiento y es un excelente vehiculizador para favorecer los aprendizajes y motivarlos. Puede ser un buen recurso para comenzar con este aprendizaje, acompañarlo también por canciones, rimas y adivinanzas (juegos orales). El juego simbólico puede ayudar, por ejemplo, con muñecos: “vistiendo al bebé” o “disfrazarse”.
Con respecto a la elección de las prendas, debe ser acompañada por los papás que pueden proponer alguna prenda, por color o por gusto pero no puede dejar deliberadamente la elección al niño porque, si no, esto puede crear un precedente para otro tipo de elecciones, por ejemplo, si se puede bañar o no. Además elegir libremente trae sus consecuencias, ya que en etapas tempranas del desarrollo crea en los niños una responsabilidad que no están preparados para asumir.
La idea es que comiencen por las prendas más fáciles de vestir y que no exijan habilidades motrices finas (como el movimiento de pinza). Tener en cuenta que no haya botones, cierres o cordones para abrochar, desabrochar o atar.Tampoco prendas muy ajustadas, ya que serían complicadas de subir y bajar y posiblemente en esos casos precisen de nuestra ayuda. Empezar por los abrigos es una buena idea, ir de “afuera hacia adentro”, también con sombreros, gorros, guantes, polleras, medias y zapatos fáciles de abrochar, por ejemplo con abrojos.
Por último, es importante que los papás reconozcan los tiempos de cada niño y nunca es bueno comparar con otros chicos y marcarles estas diferencias. Al comienzo del aprendizaje es mejor elegir momentos en los que no tengamos demasiado apuro o contar con un tiempo prudente para acompañarlos sin abrumarlos.