Y sí... ¡qué GOlaza!
El lateral uruguayo marcó de tiro libre el tanto del triunfo 1-0 de Talleres frente a Chacarita.
Afines de julio pasado, el uruguayo Lucas Olaza llegaba al plantel de Talleres que jugaría la Superliga. Y en la primera nota que brindó a un medio cordobés, Lucas René Olaza Catrofe, tal su gracia completa, le explicó a Mundo D por qué lo apodaban “el Bombardero del Prado”.
“Me pusieron así porque River, mi primer club en Uruguay, está ubicado en el barrio Prado de allá. En mi primera temporada, hice cinco o seis goles de tiro libre. Era medio extraño porque jugaba de lateral izquierdo y no era delantero. Pero ya entonces mi fuerte era la pegada en los tiros libres y las jugadas con pelota quieta. Desde chico pido ejecutarlas”, señaló el lateral volante charrúa.
Y después amplió: “Soy zurdo, pero manejo también la derecha para los pases largos y puedo jugar de interior. Me proyecto mucho, pero sin descuidar la marca, porque eso es lo primero que debo atender”. Bastaron un par de amistosos para corroborar, en la cancha, que su autodescripción era la apropiada y que no estaba haciendo autobombo. Pero claro, le faltaba hacer un gol oficial con la camiseta de la “T”. Llegó ayer, a los 10 minutos del complemento, frente a Chacarita y en la cancha del Funebrero. Y le permitió al equipo de Frank Kudelka abrir un partido que se le complicaba y cortar la racha de tres partidos sin triunfos (dos por la Superliga y uno en Copa Argentina). Se paró frente a la pelota, lo miró a Pedro Fernández, vio que el arquero le dejaba un espacio en el primer palo y hacia allá fue su disparo. Golazo y festejo enfervorizado con cada compañero que se le cruzó.
Había convertido su primer gol en el fútbol argentino y comenzado a cumplir el objetivo con el que llegó a jugar en nuestro país y que también le comentó a este cronista, en aquella entrevista. “Me gustó mucho la posibilidad de mostrarme en la liga argentina, que es una vidriera muy distinta a la uruguaya. Porque se juega más rápido, con otra dinámica, motiva de otra manera”, había comentado.
En pocos partidos, Olaza se ha convertido en una pieza clave para Talleres. Y no sólo por su pegada, sino porque tiene técnica, traslada bien la pelota, no la rifa y termina bien las jugadas. Sin proponérselo, le terminó ganando el puesto al pibe Ian Escobar, un exChacarita, quien fue titular todo el torneo pasado.
Cuando salía del estadio funebrero y fue abordado por los periodistas, no parecía haber convertido ese gol. Estaba tranquilo y relajado, lejos de esbozar alguna expresión grandilocuente o eufórica. Fue analítico: “Llegamos sabiendo que sería un partido complicado. En el primer tiempo presionamos la salida de ellos y de contragolpe le pudimos hacer daño. Conseguimos el gol y supimos conservar la ventaja. Con la expulsión de Fernando (Godoy), Chacarita se nos vino encima y teníamos que acomodarnos para no terminar sufriendo. Nos cerramos bien y logramos que ellos no tuvieran ninguna chance clara”.
Después habló de su golazo. “Un par de compañeros me decían que le pegara al segundo palo, pero vi que el primero estaba más descubierto y le pegué. Sentí una gran alegría, pero no sólo por mí, sino por todos jugadores del plantel, porque necesitábamos este triunfo para recuperar la confianza. El equipo tiene que mejorar mucho, pero estamos en el inicio del torneo y vamos dando pasos firmes hacia lo que buscamos”, cerró.
en mi primera temporada, en river de uruguay, hice cinco o SeiS goleS de tiro libre. Siempre loS pido. Olaza sobre su mayor virtud. Soy zurdo, pero manejo también la derecha para loS paSeS largoS y puedo jugar de interior. me proyecto mucho. El uruguayo se autodefine.