Cara y ceca ante los grandes
Talleres se hizo un festín el sábado contra River y Belgrano padeció ayer la contundencia de un Boca demoledor. Reflejo fiel del presente deportivo de los dos cordobeses.
Contraste bien marcado y en cierto sentido con un previsible componente lógico. Talleres y Belgrano mostraron un claroscuro muy pronunciado en un fin de semana que los cruzó ante la dupla más poderosa del fútbol argentino.
La “T” confirmó su mejor presente con una goleada que no puede desmerecer la presencia de algunos suplentes en River. El 4-0 ratificó que los de Frank Darío Kudelka van en camino de corre- gir el déficit ofensivo de la temporada anterior y, al cabo de siete fechas, sólo marcó menos goles que la aplanadora de Boca: con 12 goles, es el segundo equipo más efectivo de la Superliga.
Claro que los albiazules tuvieron el beneficio de encontrarse con un River que no puso lo máximo de su potencial, pero intentar restarle méritos a la goleada del sábado a la noche en el Kempes es una tarea difícil de justificar.
Porque no se trató de un equipo juvenil que salió para cubrir la emergencia, como se intentó disfrazar una caída contundente. Para empezar, podría decirse que siete de los 11 jugadores millonarios que iniciaron el choque ante Talleres ya habían jugado, como mínimo, la mitad de los partidos de River en el torneo.
Carlos Auzqui (6 partidos), Rafael Santos Borré (6), Nicolás De la Cruz (5), Iván Rossi (5), Alexander Barboza (4), Exequiel Palacios (4) y Augusto Batalla (3), son jugadores que ya forman parte del plantel estable al que echa mano seguido el entrenador Marcelo Gallardo. Que a ellos les haya sumado cuatro valores de la reserva (algunos de ellos con antecedentes en otros torneos), no puede dar sustento a la audaz consideración de “un River juvenil”.
Talleres, que de paso se trepó al tercer puesto y da lucha arriba, es ya un adversario a tener en cuenta para cualquiera, y más si el rival otorga ventaja. Y la histórica goleada sufrida por River es, sin dudas, una ratificación de ello.
La otra cara
Belgrano fue la contracara y pagó los platos rotos con su enfrentamiento ante el puntero. El Xeneize, tal cual se esperaba, fue demasiado para el flaco presente de Belgrano, que en el torneo suma 404 minutos sin poder enviar la pelota a la red.
Y el cambio de entrenador no trajo mejoría. Al margen de lo inoportuno de tener que debutar ante un Boca enrachado, Pablo Lavallén ingresó decididamente con el pie izquierdo. El 0-4 de su presentación lo convierte en el técnico de peor inicio en la historia del club, una “mochila” con la que cargaba Jorge Ginarte, quien el 4 de agosto de 2002, se estrenó con un 0-3 ante Juventud Antoniana, por la primera fecha del Apertura de la B Nacional. Reinaldo Merlo fue otro que sufrió en su primera vez: lo hizo en un 2-4 ante Lanús, por el Clausura 2000, en el Chateau.
El fin de semana dejó a los tradicionales adversarios cordobeses con semblantes muy cambiantes, una “fotografía” que también se reflejó en sus adversarios. Talleres y Boca están de fiesta. River piensa en la Libertadores. La preocupación es toda de Belgrano.