Griezmann, el principito que quiere ser rey
Del niño que soñaba al hombre sobre el que Francia deposita buena parte de sus ilusiones para el Mundial de Rusia.
“Cuando marco un gol vuelvo a ser un niño”. Aquel niño que tuvo que emigrar en busca de una chance es hoy uno de los aspirantes al trono mundial. Sobre Antoine Griezmann, de 27 años, descansan las esperanzas de Francia en Rusia.
“Griezmann aún no alcanzó su techo”, avisa su DT en la selección, Didier Deschamps. “Es nuestro líder en ataque”, añade. Referente de “Les Bleus” en la pasada Eurocopa. Nadie anotó más goles (cuatro) ni repartió más asistencias (cuatro) durante las Eliminatorias que clasificaron a Francia a Rusia 2018.
No obstante, cuando tan sólo era un niño bajito, nadie supo ver en su país que detrás de su aparente fragilidad física se ocultaba una excelsa calidad técnica sólo al alcance de los futbolistas más dotados del planeta.
Rechazado durante su infancia por los principales clubes franceses por su escasa estatura y débil físico, especialmente dolorosa resultó la negativa del Olympique de Lyon, el equipo del que era aficionado. Saint-Etienne y Auxerre tampoco lo quisieron.
Cuando su carrera parecía estancada, el destino y Eric Olhats, ojeador de la Real Sociedad en Francia, cambiaron la suerte de ese niño de 13 años. El técnico del equipo español aterrizó en París para ver un torneo juvenil y el pequeño Griezmann sólo disponía de diez minutos para convencer al hombre que cambiaría su vida.
“No destacaba por encima del resto. Jugó 10 minutos saliendo desde el banco porque en el aspecto físico estaba completamente sobrepasado por los otros jugadores. Pero esa técnica, esa fluidez y esa facilidad en el juego me encandilaron”, reveló su descubridor en una entrevista con LaInformación.com.
Olhats planteó a la familia del jugador en Mâcon (la localidad de donde es el delantero) la posibilidad de un futuro futbolístico en España, en una ciudad muy próxima a Francia, y con un equipo histórico de la Liga, la Real Sociedad. El jugador era aún demasiado joven y sus padres recelaban.
Además, de acuerdo con la legislación francesa, las jóvenes promesas debían seguir yendo a la escuela en su país, por lo que se decidió que Griezmann continuaría sus estudios en Bayona, el País Vasco francés, muy cerca de la frontera con España.
Olhats terminó por albergar al joven Antoine durante seis años en su propio domicilio de Bayona. “Me convertí en el padre, la madre, la abuela y en su mejor amigo”, recuerda con afecto.
Marcó desde el principio
Marcaría en su debut en partido oficial con el primer equipo e iniciaría un ascenso fulgurante que le sitúa, junto con Neymar, tan sólo un peldaño por debajo de los dos colosos mundiales del fútbol contemporáneo: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
“Lo estoy dando todo para estar entre los tres mejores del mundo”, admitió el propio Griezmann en una entrevista con la revista Esquire. Su talento lo advirtió pronto el Atlético de Madrid, que apostó por él después de ocho años en la Real Sociedad, cuatro de ellos en el primer equipo. El francés explotó con Diego Simeone como DT y se convirtió en estrella mundial. Tanto que no cesan los rumores sobre su salto a equipos como Manchester United o Barcelona, en los que podría aspirar a lo único que le falta en el equipo rojiblanco.
“No se come la cabeza, va, juega y hace lo que mejor sabe. Sólo le faltan títulos”, afirma Olhats, que sitúa a Griezmann a la altura del gran mito del fútbol galo, Zinedine Zidane. “Es lo que quiero y lo que me falta”, reconoce el apodado como “El Principito”.
No es casualidad, como revela en su biografía “Detrás de una sonrisa”, que siendo alcanzapelotas de la Real Sociedad, el club que cambió su vida, Griezmann suplicara a “Zizou” una camiseta. “Ya la había cambiado con un rival pero, al ver mi decepción, me regaló unos pantalones”, asegura. Quizás sin saberlo, Zidane entregó a aquel niño el testigo de una selección francesa que aspira a regresar a la cima del fútbol mundial. “El Principito” quiere ser el rey del Mundial 2018.