Ojalá que “Leo” no sea la única opción
Argentina llega a este partido con más presión que Francia por historia, por mundiales ganados y por ser favorito. Pero como después del triunfo contra Nigeria los jugadores se sacaron de encima una viga de 50 kilos, creo que se verá otra selección.
Por haber jugado en el Montpellier uno conoce a los franceses. Son tipos tranquilos y observadores, de alta concentración. Su fútbol ha mejorado mucho, por el poderío económico de sus clubes que le permitieron contratar futbolistas de la jerarquía de Neymar o Javier Pastore.
Será un partido de ida de vuelta y probablemente, muy parejo. Francia tiene, de tres cuartos de cancha en adelante, un equipo agresivo, dinámico y con mucha llegada. Pero de la zona media hacia atrás tiene las mismas falencias que nosotros.
Me gustaría verlos a Pavón o Acuña en lugar de Di María, porque todavía no ha dado lo que se necesita de él. Acuña tiene más ida y vuelta, que es lo que necesita el equipo para este partido.
Argentina debería jugar más en equipo. Para eso, el delantero de área debería ser Agüero, porque hasta ahora no hemos puesto un delantero cara a cara con el arquero rival. La selección sigue siendo un grupo de individualidades y no un equipo compacto.
Contra Nigeria mostró algunos momentos buenos, pero tras el penal de Mascherano aparecieron los fantasmas de siempre. Un equipo lento, previsible y que depende pura y exclusivamente de Messi. Me gustaría que “Leo” sea una opción, pero no la única.
Siempre lo defendí a Banega porque es la mejor opción de pase para Messi, como pasó contra Nigeria, pero deberíamos tener otras alternativas. Faltan jugadores más rebeldes, más desobedientes en lo láctico, que rompan líneas y sorprendan. Con más movilidad y más diagonales, podremos ver otro tipo de equipo.
Mi deseo de corazón es que nos vaya bien. Soy contemporáneo a Deschamps y enfrenté a esa generación francesa maravillosa campeona del ‘98, la de Zidane con pelo, Barthez, Lizarazu. Ojalá estemos a la altura de lo que la gente le da a esta selección. Me saco el sombrero, porque con todo lo que está sufriendo en este duro momento del país, hace miles de kilómetros para acompañarla. Es lo más grande que tenemos.