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El fútbol llora al “Tata” Sánchez

Murió a los 85 años. Fue ídolo de Talleres, en Juniors y en Rosario Central. Para César Luis Menotti, era un referente del fútbol cordobés.

- Gustavo Farías gfarias@lavozdelin­terior.com.ar

Su nombre apareció la semana pasada durante el Congreso del Fútbol realizado en Córdoba y que contó con la presencia estelar de César Luis Menotti. “El Flaco” siempre lo tuvo como un referente ineludible del fútbol cordobés. “En Central tuve de compañero al ‘Tata’ Sánchez, que después jugó en Talleres y era un crack. Un día vinimos a jugar un amistoso contra ellos y se me acercó ‘el Tata’ Sánchez a decirme que nos lleváramos al pibito que entró en el segundo tiempo y la rompía. Era Daniel Willington”, recordó.

Alberto Dolores Sánchez, fallecido el viernes a los 85 años, fue de esos jugadores que “los de antes” citan a menudo a la hora de hablar de fútbol del bueno. Jugaba en el interior derecho del ataque cuando las delanteras se formaban invariable­mente con cinco jugadores. Apareció en General Paz Juniors en 1949, con apenas 17 años, y se convirtió en ídolo de los Poetas, hasta que Rosario Central lo tentó para jugar en los torneos de AFA. Hacia allí partió con otra estrella de los albos, Juan Manuel Castro, y en el Canalla ratificaro­n sus condicione­s de futbolista­s de alto vuelo junto a Miguel “Gitano” Juárez (ex-Belgrano) y Menotti.

Después de cuatro temporadas con los rosarinos, con 67 partidos, 16 goles y elogios a granel, se marchó después de un perder un clásico ante Newell’s y soportar la ingratitud de los hinchas.

“Sólo perdimos una vez con Newell’s y ese día me tuvieron que sacar los bomberos a las 11 de la noche, porque nuestros hinchas decían que me había vendido. Creía que había jugado como los dioses, pero me querían hacer cagar”, recordó en junio de 2000.

De regreso por Córdoba, en 1960, firmó para Talleres e inició un romance eterno con los albiazules, donde la rompió de entrada. “Salimos campeones cuatro torneos seguidos (los tres oficiales y el nocturno, que se jugaba al final de la temporada). Además, integré la selección cordobesa que salió campeón en 1962 y yo hice el gol del triunfo”, contaba.

Identifica­do plenamente con los de barrio Jardín, también bromeaba con el hecho de que siempre iba a la cancha con su padre, pero cuando empezó a jugar, “el club perdió un hincha, porque a partir de allí no quiso ir más porque se ponía muy nervioso y prefería escuchar los partidos por radio”.

El final de su carrera fue en Racing, donde exhibió los últimos destellos de un talento inolvidabl­e. Se fue “el Tata” y la pelota no tiene consuelo.

 ??  ?? Crack inolvidabl­e. Alberto Dolores Sánchez dejó una huella imborrable en las canchas de Córdoba, de Rosario y del país. Era un delantero goleador.
Crack inolvidabl­e. Alberto Dolores Sánchez dejó una huella imborrable en las canchas de Córdoba, de Rosario y del país. Era un delantero goleador.

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