Un arquero en constante evolución
Para un arquero, tener una actuación que consolida el trabajo que viene haciendo es fundamental. Le da seguridad, le da confianza y lo hace sentir pleno.
Se sabe que este es uno de los puestos más ingratos que hay en el fútbol. Pero con actuaciones como la que tuvo Rigamonti el sábado frente a River, llega el reconocimiento y también cierta tranquilidad de no tener que demostrar partido a partido, como habitualmente lo requiere el puesto.
Para cualquier equipo es importante tener un arquero que gane puntos, aunque el fútbol sea un trabajo de conjunto, siempre. Aquel que se queda con la tapada final para un triunfo, el que sostiene un resultado o deja al equipo “en partido” cuando va perdiendo, le genera confianza a sus compañeros.
Y el propio arquero, al percibirsenta lo, se siente importante en la estructura del conjunto. Es un puesto muy sensible; pero cuando se logra esta relación de confianza, puede ser determinante.
Me pone contento por “Riga” porque era su deseo vestir la camiseta de Belgrano e ir consolidándose de la manera que lo está haciendo ahora en este club. Siempre fue un arquero en constante evolución, en parte por su profesionalismo y sus condiciones naturales, pero también por su ambición, por su deseo de progresar permanentemente. Lo veo muy maduro, tomando el lugar que tiene que tomar por la personalidad y el temperamento que lo caracterizan. Para el equipo es clave que su arquero se sienta en ese nivel de confianza.
A Rigamonti se lo ve asentado, pero sabe que detrás tiene dos arqueros con gran potencial, porque están Lucas Acosta, quien ya demostró lo que puede dar, y Pablo Heredia, quien viene recuperándose y mostrando muy buen nivel.
En ese sentido, el trabajo de Marcelo Misetich es muy importante porque pone a pleno la competencia interna en el puesto y eleva el nivel de cada uno para poder quedarse con el lugar. Todos deberán seguir trabajando para seguir dándole a Belgrano la tranquilidad que transmite un arco bien custodiado.