Con los visitantes a otra parte
La iniciativa de Macri no tuvo eco en River ni en Boca. Tampoco en los organismos de Seguridad. Se jugarán las finales sólo con locales.
El presidente Mauricio Macri ofreció las garantías para que las dos grandes finales de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate se jueguen con público visitante. Pero ninguno de los dos clubes quiso aceptarlas. Por eso, los superclásicos de los sábados 10 y 24 (por ahora son esas fechas) de noviembre se disputarán con la presencia exclusiva de hinchas locales, en contra de la pretensión del primer mandatario de que al menos 4.000 hinchas de cada equipo pudieran concurrir a la Bombonera y al Monumental.
“Hemos ofrecido las condiciones para que se pueda jugar con hinchas visitantes. A partir de ahí, la decisión es de los clubes, que son los que organizan el espectáculo y tienen autonomía para decidir lo que les parezca conveniente”, declaró Macri a Fox Sports.
Pero los clubes entendieron que esas condiciones resultaban insuficientes. Y que ni siquiera el aval del más elevado nivel político del país alcanzaba para modificar la postura en contra. Nadie quiso correr riesgos de episodios violentos en las inmediaciones de los estadios. Ni siquiera con el respaldo de un mega operativo conjunto de seguridad entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires.
Aunque no hubo comunicación oficial de la postura de ambos clubes, tanto los presidentes de Boca, Daniel Angelici, y de River, Rodolfo D’Onofrio, entienden de que el anuncio de Macri de ayer por la mañana fue inconsulto y que antes de hacerlo público debió haberlo conversado con ellos.
El Presidente sólo habló con el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien en principio, también se opuso a la concurrencia de los visitantes. Pero su actitud cambió cuando obtuvo de Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad de la Nación, el compromiso de afectar los recursos operativos y logísticos para desplegar los mega operativos conjuntos sin descuidar la vigilancia de otras zonas de la ciudad.
“Que River y Boca se pueda jugar con público visitante, nos sorprende. Si lo confirman, es que convencieron a la seguridad de la Ciudad que había dicho que ese riesgo no lo asumía. Si Macri garantiza la seguridad, confiamos en él”, dijo D’Onofrio luego de que trascendiera el deseo del presidente de la Nación. Angelici, por su parte, no hizo declaraciones. Pero se sintió embretado por Macri, a quien no podía decirle que no por su cercanía personal y política. Sin embargo, la firme negativa de D’Onofrio le dio el argumento que necesitaba para oponerse. “Si River dice que no, nosotros no vamos a decir que si”, señalaron con alivio desde su entorno.
Con su oposición, Angelici y D’Onofrio también defienden la postura de sus socios e hinchas quienes no querían perder ubicaciones en los estadios para la asistencia de 4000 o 5000 visitantes y lo hicieron saber en los chats y foros con palabras críticas a la postura de Macri, en la que algunos suponen la influencia del asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba.
Gallardo y River, esperan
Mientras se desarrollaba la novela de los visitantes, se aguardaban desde la sede de la Conmebol, en Asunción del Paraguay, los fallos de la Unidad Disciplinaria sobre la protesta de Gremio del partido con River y la sanción a Marcelo Gallardo por haber bajado a los vestuarios en el entretiempo del juego del martes pasado en Porto Alegre. Pero la definición recién habrá de conocerse hoy.
De todos modos, y según pudo saber Mundo D de fuentes cercanas a las deliberaciones del tribunal de disciplina, no corre riesgo la clasificación de River a la finalísima contra Boca por entenderse que el desacato del entrenador no tuvo incidencia real en el desarrollo y el resultado del encuentro.
Pero habría una pena muy dura para “el Muñeco”, más allá del descargo que efectuó ayer por la mañana en una video conferencia.
La pena para Gallardo iría de seis a ocho meses de inhabilitación para dirigir en partidos que se disputen bajo la fiscalización de Conmebol. Comprendería entonces, los encuentros por las copas Sudamericana 2019 (a la que River ya está clasificado) y Libertadores 2019 (River debería ganarle la final a Boca o salir campeón de la Copa Argentina para poder jugarla) o la Recopa Sudamericana 2019.
Si River lograra ganar la Libertadores 2018, la medida no abarcaría los partidos por el Mundial de Clubes (que se disputarán del 12 al 22 de diciembre en los Emiratos Arabes Unidos) por ser una competencia dependiente de la Fifa ni tampoco los de la Superliga.
Todo eso se sabrá esta tarde antes o durante el cotejo que River jugará con Estudiantes en la cancha de Quilmes.