Franco se acomoda, a un año de su vuelta
El 31 de octubre de 2017, el hincha de Instituto recibía una de las noticias más felices de los últimos tiempos: volvía Darío Franco para ser el técnico del primer equipo.
Luego de la salida de Gabriel Gómez, hubo una reunión exprés en Villa María, punto de encuentro entre los directivos de la Gloria y el entrenador, que se encontraba en su Cruz Alta natal.
Poco hubo que hablar ante el ofrecimiento del regreso de Franco, que tomó el equipo en una compleja condición, logró salvarlo del descenso y clasificar al Reducido.
“El Gringo” arregló su continuidad para la presente temporada de la B Nacional y el pasado miércoles se cumplió un año de este segundo ciclo como entrenador albirrojo.
En su primer paso, allá por la temporada 2011/2012, Franco condujo a un equipo magistral que regaló un gran fútbol y que dejó escapar de manera increíble el ascenso.
Luego, Franco siguió en la temporada 2012/13 donde las cosas no salieron de la mejor manera y terminó renunciando a su cargo, yéndose con el cariño de la gente intacto.
Tras sus experiencias en Universidad de Chile, Colón de Santa Fe, Defensa y Justicia y Aldosivi, se concretó el ansiado regreso.
En el actual campeonato, el comienzo ha sido irregular, pero el triunfo ante Temperley de visitante respaldó al entrenador, que tiene el aval y la banca de los futbolistas, comprometido con sus ideas y filosofía.
Cuando algunos dudaban de su continuidad y ya empezaban a buscarle reemplazantes, “el Gringo” logró sacar adelante la situación hoy se encuentra más firme en su cargo, dispuesto a afrontar la parte final del año hasta el receso.
Se cumplió un año de Franco en Alta Córdoba y no es poca cosa para un técnico que arriesga, que no se casa con nadie y que vive el fútbol de una manera especial y única.
Sus números en Instituto
Entre sus dos ciclos en el club, Franco acumula 82 partidos disputados como entrenador de la Gloria.
En toda su etapa en el club, logró 35 victorias, 24 empates y 23 derrotas. Un 51,85 de efectividad como DT de la Gloria.