Mundo D

El clásico que perdimos todos

El promociona­do River-Boca más esperado de la historia y la imagen más triste de nuestro fútbol se vieron ayer.

- Gustavo Farías gfarias@lavozdelin­terior.com.ar

El cambio de planes fue para todos. No sólo para aquel hincha que se acercó al Monumental para asistir a una fiesta y se encontró con una “amansadora” de incertidum­bre inconducen­te. También lo fue para jugadores, dirigentes y, por supuesto, periodista­s.

La consigna de escribir algo sobre este partido, se inició con el desafío de intentar ubicar al encuentro que debía jugarse ayer, en un listado de los más trascenden­tes que se hayan disputado en nuestras canchas. Y por más que la historia futbolera de este país es inmensa e infinita, era difícil encontrar uno similar a este, con tanto en juego y justamente entre los dos clubes más populares del fútbol nacional.

Pero un par de horas antes del inicio del partido, el enfoque cambió. Ni siquiera hizo falta la confirmaci­ón de su suspensión del cotejo, porque su relevancia, después de los incidentes, ya había pasado a un nivel secundario. El papelón, la vergüenza y la indignació­n habían ganado la final. Y por goleada.

El “clásico de todos los tiempos” terminó siendo una nueva pesadilla para el deporte argentino. Casi como si se tratara de una funesta recordació­n a 50 años de la peor tarde futbolera, aquella consumada en el mismo estadio y con idénticos colores: la vivida el 23 de junio de 1968, en un episodio conocido como “la tragedia de la Puerta 12”, en la que 71 hinchas murieron aplastados al final de un insípido 00. El bendito “folklore” de la rivalidad, abre cada día más la brecha de la intoleranc­ia y deja en ridículo a dirigentes como Daniel Angelici (presidente de Boca) o Alejandro Domínguez (de Conmebol), quienes creen que los partidos se malogran “por unos pocos”, cuan- do la realidad indica que los violentos, lejos de ser erradicado­s, se multiplica­n.

Antecedent­es al por mayor. Hace sólo tres años, el 14 de mayo de 2015, el superclási­co había ofrecido su peor versión. En el famoso incidente de la Bombonera, Adrián “Panadero” Napolitano, un anormal hincha local que fue condenado a tres años de tareas comunitari­as, le arrojó gas pimienta a los jugadores millonario­s, en un incidente que derivó en un triunfo de escritorio para River. ¿Similitude­s con lo de ayer? Bastantes, aunque la mayor coincidenc­ia es repetida: la irracional­idad de todos los estamentos, un verdadero clásico.

Pero las interrupci­ones y broncas en los River-Boca vienen de lejos. De hecho, el primer clásico profesiona­l no terminó: el 20 de septiembre de 1931, en la vieja cancha de Boca, el encuentro se suspendió a los 27 minutos, luego de que el local llegara al empate (1-1) por un tanto de Francisco Varallo. El tanto fue largamente protestado por tres jugadores de los de Núñez (Camilo Bonelli, Pedro Lago y José Belvidares), quienes fueron expulsados y terminaron en la comisaría por agresión al juez Enrique Escola. El Tribunal le dio por ganado el partido a Boca por 1-0.

Las siguientes suspension­es recayeron en varios encuentros no oficiales, uno de ellos realizado en Córdoba, en cancha de Talleres, pero por motivos ajenos a la violencia. El 22 de abril de 1964, los tradiciona­les adversario­s chocaron en la Boutique en el marco de un cuadrangul­ar, pero ofrecieron un espectácul­o tan pobre, que los espectador­es forzaron la suspensión en reclamo de la actuación de los futbolista­s.

El promociona­do clásico más esperado de la historia, tal vez se juegue hoy. Pero difícilmen­te la historia lo recuerde como se anticipaba en la previa. La vergüenza le robó el protagonis­mo y perdimos todos.

 ?? (FEDERICO LÓPEZ CLARO) ?? La imagen del final de una jornada caótica. El ómnibus de Boca Juniors deja el estadio Monumental de Núñez cuando ya es de noche. Todo terminó muy mal.
(FEDERICO LÓPEZ CLARO) La imagen del final de una jornada caótica. El ómnibus de Boca Juniors deja el estadio Monumental de Núñez cuando ya es de noche. Todo terminó muy mal.
 ?? (FOTOBAIRES) ?? El partido que nunca empezó. Un hincha de River aguarda en la tribuna y bucea por buenas noticias.
(FOTOBAIRES) El partido que nunca empezó. Un hincha de River aguarda en la tribuna y bucea por buenas noticias.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina