La “B”, campeón en la cuarta de AFA
La cuarta de Belgrano goleó 4-0 en el clásico a Talleres y así se adueñó del título de la división juvenil en la Superliga.
La cuarta de Belgrano tuvo ayer una mañana inolvidable y redonda en la cancha de Instituto. Se adueñó del título de su división en el Torneo Juvenil de la Superliga y nada menos que contra su clásico rival, Talleres, en una terminante goleada por 4 a 0 que no admite la más mínima objeción.
El clima destemplado y el horario tempranero en el que se jugó la final –arrancó a las 9 pero estaba prevista para las 8.30– conspiraron para que más público se llegara al Monumental de Alta Córdoba.
Pero las 700 personas que se llegaron al estadio –sólo se habilitaron los codos de las plateas que dan a las populares– disfrutaron de un partido de alto vuelo emotivo, intenso, de mucho ida y vuelta y de gran factura técnica. Y con duelo de cánticos y “gastadas” recíprocas, como en todo clásico.
Esos sectores fueron ocupados, en su mayoría, por los familiares de los jugadores de 18 y 19 años, que, en algunos casos, ya entrenan con sus respectivos planteles profesionales, juegan en sus reservas o están cerca de ser promovidos.
Varios hicieron notar ese roce, como en Belgrano el arquero Agustín Rufinetti, Joaquín Novillo, Agustín López y Martín Garnerone. Este último, sin dudas, fue la figura. El “9” no sólo marcó dos goles, si no que fue incontenible para la defensa albiazul.
El partido estaba equilibrado y con varias llegadas en ambos arcos, hasta que el delantero mar- có el primero, de cabeza, a los 31.
El gol hizo que Talleres, en el arranque del complemento, se pusiera a tiro del empate. Lo tuvo “ahí”, a los 17 con un penal que Rufinetti le contuvo magistralmente a Lautaro Guzmán (junto a Federico Navarro y Mauro Valiente, los jugadores de la “T” que bajaron del plantel superior).
Esa circunstancia clave marcó el devenir del partido. Belgrano se adueñó de todo, la “T” se bloqueó y fue sometido a un asedio asfixiante que se tradujo en tres goles más (Novillo, Garnerone y Heredia).
No había cuatro tantos de diferencia entre estos dos muy buenos equipos, que por algo llegaron a la final, pero Belgrano hizo pesar su mayor fortaleza mental y contundencia. Sus chicos tuvieron un festejo inolvidable y se lo tributaron a su DT, Julio Constantin. Y para destacar quedó el gesto final de los chicos de Talleres, que aún golpeados, con toda deportividad, fueron a saludar a los campeones.