Instituto sabe de batallas y la peleará
La mañana del 1º de agosto de 2017, un vacío Ángel Sandrín abrió sus puertas para recibir al renovado plantel albirrojo. Sólo Sam Clancy, Miguel Gerlero y Gastón Whelan se mantuvieron en el equipo que había quedado eliminado en los octavos de final la Liga anterior. Facundo Müller llegó a Alta Córdoba para armar pieza por pieza un equipo competitivo.
El entrenador cubrió cada puesto con jugadores de rol y ganas de triunfar. Llegaron Santiago Scala, Luciano González, Facundo Piñero y Cristian Amicucci. El DT puso un especial énfasis en el grupo, factor clave en la confección de los planteles profesionales. Y “encontró” en Dwayne Davis el goleador para subir un escalón en calidad individual y colectiva. Hubo química de arranque.
En noviembre, la Gloria “dio el golpe” al vencer al imbatible San Lorenzo para lograr el premio más esperado: la clasificación a la Liga Sudamericana y el salto al básquet internacional. Pese a perder la final de ese Súper 20 jugado en casa (ante San Martín), marcó el comienzo del Instituto ganador.
En la Liga Nacional 2017/18 se topó en semifinales con un Ciclón con sed de revancha. Los cordobeses fueron a tope y forzaron el quinto partido, en Boedo. Pero San Lorenzo sacó chapa y lo eliminó.
Para esta temporada, Müller, y la dirigencia, buscaron enriquecer al plantel. Whelan se hizo mayor (jugaba como U23) y la Gloria perdió una ficha valiosa en el plantel. El DT movió el tablero y se decidió por Pablo Espinoza, por Gerlero, para tener un jugador más para cubrir dos puestos. Y como perdieron a la gran figura Davis, en Alta Córdoba invirtieron fuerte con el experimentado goleador uruguayo Leandro García Morales.
El estreno internacional se metió en la cabeza de todos en Alta Córdoba. La rápida eliminación del Súper 20 (en octavos frente Comunicaciones) le sirvió para centrarse en la Liga Sudamericana. En su primer año internacional, está jugando la final.
Tras el tercer viaje a Brasil, la semana próxima, el Sandrín estará colmado y explotará con la esperada chance de gritar campeón, con un equipo armado pieza por pieza para llegar a la cima.