Houston, tenemos un problema
Finalmente, con la incorporación de la tecnología en el fútbol se concretó la predicción con la que el recordado vidente futbolístico trasandino Patricio Fidel Vedelejos, el “Nostradamus de Temuco”, conmocionó al mundo en 1966 cuando anunció, luego de salir de una semana de trance adivinatorio del interior de una bodega de la VI Región, que el fútbol introduciría en el futuro “aparatos electromecánicos” para lograr la infalibilidad en los fallos arbitrales, y muy especialmente en los goles. La profecía cayó en un momento duro del arbitraje global, ya que el Mundial de 1966 había terminado en polémica con el gol trucho del inglés Geoff Hurst, nada menos que en la final contra Alemania, en el alargue.
En realidad el gol, convalidado por un árbitro suizo y que torció la historia para Inglaterra, jamás ingresó ni ingresará, ya que media pelota rebotó fuera de la línea de cal después de pegar en el travesaño. Semejante “truches” significó fuertes críticas contra el colegiado y su juez de línea ruso, y en medio de ese ambiente caldeado, y debido a su predicción, Vedelejos fue tildado de “oportunista”, “tribunero”, “ortiva” y “pro alemán” por las organizaciones proteccionistas de los árbitros.
Por supuesto que surgieron los defensores del clarividente, quien había ganado fama y reconocimiento al predecir el gol olímpico 10 años antes de que se convirtiera el primero en 1924 en la cancha de Sportivo Barracas. “Ahí comenzaron a respetar su nombre”, asegura uno de sus actuales seguidores. Después anticiparía el advenimiento de las tarjetas (amarilla, roja y la verde para el automóvil), el tiro libre indirecto, el volante ventilador, el spray evanescente, etc., que lo elevaron a la categoría de mito. “Vedelejos sabía qué equipos ganarían los mundiales, las principales copas continentales y las ligas más importantes, por eso el fútbol comenzó a aburrirlo. Su método era simple, auscultaba el futuro en el agua del balde donde ponía sus pies en remojo (padecía juanetes) y lograba imágenes HD. Tras su desaparición física reencarnó en el pulpo Paul”, agregan sus herederos, nucleados en el Centro de Estudios Adivinatorios P.F.Vedelejos.
Pero la polémica del 66 tuvo otra vuelta de tuerca la semana pasada en la
Liga italiana, a partir de aquella lejana genialidad adivinatoria de Vedelejos. La predicción del augur chileno se completaba diciendo que la tecnología en el fútbol aplicada a los goles no sería infalible “ya que no podrá con dos fenómenos ancestrales: primero los espejismos y segundo cuando el diablo mete la cola”. El espejismo es ilusión óptica es famosa por corporizar a distancia ante viajeros incinerados por el sol del desierto piscinas de aguas cristalinas, bien abastecidas de mojitos helados y con sesiones de aquagym, cuando en realidad sólo hay dunas y toneladas de arena apta para revoque fino en el lugar. En cuanto a lo otro, se trata de la injerencia satánica para que algo salga mal o muy mal.
La comprobación de la falibilidad del sistema quedó en evidencia en el reciente partido en el que Roma se impuso sobre Sassuolo 31, cuando los sassuolistas reclamaron un gol convertido tras un córner y rebote en un jugador romano. La pelota pico detrás de la línea pero el sistema de Detección Automática de Goles (DAG) no lo convalidó y el árbitro mucho menos, por lo que se supone que una ínfima porción de la pelota invisible a la vista, a los sensores y a las reiteraciones no atravesó la línea. ¿Hubo una micronésima parte del balón que no pasó la línea? ¿Espejismo o intervención infernal?
Desde la Fifa aseguran que en esta jugada el DAG en realidad no se pronunció, no es que dijo que no fue gol, no dijo ni sí ni no. “El aparato comenzó a procesar las imágenes y la información de los sensores, y evidentemente no podía resolver si era o no gol y comenzó a echar humo. Los técnicos después dijeron que se recalentó debido al estrés que le produjo tener que resolver una conversión que parecía haber sido creada por el mismo diablo. Ahora el aparato está bajo asistencia psicológica porque está muy angustiado por el incidente”, afirmaron los responsables del sistema.
¿Hay mucha presión sobre el DAG? En opinión de algunos especialistas tal vez tendría que ponerle un ayudante, como ocurre con los árbitros. El fútbol es demasiado complicado hasta para la tecnología de punta.
TODAVÍA DURA LA POLÉMICA DEL GOL TRUCHO INGLÉS DEL MUNDIAL DE 1966, EN EL ALARGUE DE LA FINAL CONTRA ALEMANIA.