Mundo D

Un golpe de timón necesario en Belgrano

- Guillermo Puente Cortos y largos gpuente@lavozdelin­terior.com.ar

Belgrano cambió. Es otro equipo. Necesita serlo. Si seguía igual, se iba sin poner las manos a la Primera B Nacional. Lugar del que salió el 26 de junio de 2011, fecha inolvidabl­e para el fútbol argentino porque quedará en los libros de historia como el día que River descendió de categoría.

Ocho años después, el Pirata lucha por permanecer en la máxima categoría del fútbol argentino. Por su parte, el Millonario con la llegada de Marcelo Gallardo como entrenador se convirtió en un equipo súper ganador. Volvió a ser uno de los clubes más grandes de esta parte del planeta por los títulos que ganó, sobre todo a nivel internacio­nal.

Como nunca lo hizo desde aquel 26 de junio de 2011, Belgrano se reforzó lo mejor que pudo en una intertempo­rada. Nunca había traído tantos jugadores en un mercado de pases de verano. Es más, en un par de ellos no incorporó jugadores a su plantel. Por ahora ya son cuatro caras nuevas y se esperan por cuatro más. ¡Ocho incorporac­iones! Son demasiadas. Son necesarias.

Esta vez es diferente. En Alberdi saben muy bien que la situación es complicada. La “B” está muy comprometi­da con el promedio del descenso y algo tenía que hacer la directiva. Pegar un golpe de timón necesario para tratar de enderezar el rumbo.

Y en esa empresa también se comprometi­ó Diego Osella, el entrenador del Pirata. El DT no podía mirar para otro lado. Sabía con qué plantel contaba y qué necesita para sacar de la zona roja al equipo. Por eso pidió lo que pidió. Por eso llamó a varios futbolista­s a los que ya entrenó en otros clubes y los convenció para meterse en el barro. Y tratar de sacar a Belgrano de esta incómoda situación.

“Saber la situación es clave, por eso cuando hablé con algunos muchachos eso quedó bien claro. Le dije a Marcelo (Herrera) que viniera y me contestó: ‘No hace falta Diego que me lo digas, lo hicimos en Olimpo y lo vamos hacer ahora’. Con Meli y Cuero fue lo mismo”, reconoció Osella sobre las charlas que tuvo con algunos de los refuerzos celestes.

Ese mensaje es clave. La directiva lo entendió, el entrenador lo entendió y los jugadores que llegaron también lo entendiero­n. Saben a dónde se meten. No será fácil. Habrá mucha presión. Pero la recompensa es mucha también.

Serán 10 finales las que tendrá el Celeste en este inicio de 2019. En 10 partidos se definirá su permanenci­a en la Superliga o si tendrá que volver a remar en dulce de leche en la Primera B Nacional (la temporada 2019/2020 será dificilísi­ma para ascender porque se agregan equipos: de 25 pasarán a ser 32; y se mantendrán sólo dos ascensos).

Para no caer en esa pesadilla llamada ascenso argentino, que cambian las reglas en cualquier momento (AFA aprobó el cambio en diciembre en la B Metropolit­ana, que de tener dos ascensos a la B Nacional pasó a contar con cinco; el interior con el Federal A quedó sólo con dos), algo tenían que hacer en Alberdi.

Un cambio ya está ocurriendo en Belgrano. Ahora habrá que verlo en el campo de juego.

DESDE QUE ASCENDIÓ EN 2011, NUNCA EN UN MERCADO DE VERANO INCORPORÓ TANTO EL PIRATA: PUEDEN LLEGAR OCHO REFUERZOS.

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